LA EVOLUCION OBRERA MANAGUA 20 DE NOVIEMBRE DE 1932. VIDA ALDEANA POETAS NACIONALES ir EXCELSIOR PRIMERA PLEGARIA POR LA PAZ :ciones asaron artido in de able y nfado; ho de tantes Los deteren en rtidos.
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en las llenar de su conivance Una Página de mi Vida Excelsior corazón: tranquilo y fuerte debe ser como dijo el musajeta ¡Qué diera yo por retroceder al paque triunfó del rencor y de la suerte sado!
con sólo su pegaso de poeta. volver a tu aldea natal donde pasé una temporada fugaz, como la vida Alégrate con todos los tesoros de una rosa.
que prodiga la Gran Naturaleza: Entonces tendrías tú dieciocho pricon la aurora inundada en lampos de oro maveras; yo veinte años. Edad florida o el crepúsculo en nubes de tristeza.
en que todo lo vemos como un bello Prescinde de tí mismo y sé sumiso amanecer, y que el desengaño aún no con el destino azul que rige el Todo: ha desgarrado el corazón.
y tendrás en tí mismo el paraíso Recuerdo de una tarde que tú vestías libre de las tormentas que da el lodo.
un traje negro, tan negro como tus ojos, y un delantal blanco, tan blanco Si abres los ojos, ya verás que el mundo como el candor de tu alma. la som es harmonioso y bueno bra del emparrado cosías en tu New y podrás descifrar ese profundo Home. Bajo los dedos gráciles de tu misterio del dolor que hay en el cieno.
impecable mano caminaba lentamente la tela de lino ribeteada de encaje.
La belleza es la risa Yo te ayudaba a hilvanar las piezas que anima la creación: luz en la estrella, del traje en confección.
celaje cuando el alba se matiza, era el momento feliz en que esta gracia en los labios de la mujer bella.
ba muy cerca de ti, aspirando el perfume de tu cuerpo oloroso a frescura En la perla, la risa es suave oriente.
y a juventud. vela mi imagen reen el agua, la espuma es también risa tratada fielmente, en miniatura, en el rumor es la risa de la fuente las negras pupilas de tus ojos luminoy el iris del diamante es su sonrisa.
sos y bellos.
La máquina funcionaba al impulso en tu reino interior siempre encantado.
Sé estanque y que se miren los luceros de tus pies diminutos, engarzados en lucientes zapatillas, como si dos estu sobre un fondo tranquilo y azulado.
cual se miran los lirios tempraneros ches guardaran dos joyas preciosas.
Luego leíamos a tu tía aquel libro de Trueba, todo corazón y candorosiSé bueno corazón: todas las cosas dad. los cuentos del cantor vizcaihacia el Sol como tú tienden sus manos. No ves como las rubias mariposas no, más propicia su lectura en tu rincón aldeane. nos hacían risueña y nacieron del dolor de los gusanos?
amable la hora.
El dolor es tan sólo el lapidario Qué bien cumplíamos con el precep que pule tu diamante espiritual; to de Amado Nervo! Los momentos y la tierra sólo es el incensario vacíos de la vida, llénalos de amor.
para fundir tu brasa pasional.
Después, una guerra civil me ahuyento de tu pueblo. De esto hace veinHaz que nazcan también tus mariposas te y dos años. no te he vuelto a de ilusión en la carne estremecida, ver más.
comprenderás entonces que las rosas Hoy, quién te ayudará a hilvanar?
tienen también un alma y una vida.
Te habrás casado ya con aquel muchacho empalagoso, pasante en dere. Mira hacia el cielo azul en donde el grito cho, tinterillo o que sé yo. que pasaba del rayo truena como un himno enorme las horas en el cabildo buscando que que presagia la voz del Infinito, rellas judiciales y que a mi me miraba del Infinito augusto y poliforme.
con antipatia tan sólo porque tú en confianza me llamabas José, a secas, bien, el rayo, el trueno: y a él lo tratabas con huraño respeto, la tierra toda vista desde lejos.
anteponiéndole el don honorífico a su tan sólo es un lucero que sereno nombre de pila?
sonrie en el azul con sus reflejos.
Más de algún chico se colgará de tu La vida es una risa desbordada: falda llamándote mamá. el libro excelsior, corazón: sé alegre y bueno.
de Trueba, desencuadernado, rodará Ya verás que tu senda está encantada por los suelos, como rodaron ya aque. y que una flor azul brota del cieno.
llos días felices. Qué diera yo por retroceder al paAristides Mayorga.
sado! volver a tu pueblo. para verme otra vez retratado en las negras pupilas de tus ojos luminosos y bellos: estar bajo el emparrado frente a la POETAS EXTRANGEROS puerta de tu hogar aldeano, oyendo la cadencia de tu voz argentina y sentir en las sienes el fresco rocío de la sie.
rra. Pero todo ha caído bajo el filo del en un vaso, olvidada, se desmaya ¡Penúltimo escaño una flor.
De la escalera ano!
Hoy que llegan a la mente estos re. Todavía en tí tienen esperanza cuerdos de una edad que pasó, siento Los que no han conocido la bonanza que aún hay un rescoldo en mi corazón, Del tiempo, y en su trozo de vida a pesar de que ya brilla una hebra de Sólo supieron del golpe y de la herida.
plata en mi cabeza.
El viejo del reloj de arena y la guadana Gratus Halftermeyer.
Ya baja la florida falda de la montaña.
Cargado de tristezas y sinsabores, Agobiado de días y de dolores.
Lo ¡Noviembre, haz que todos tengan su beneficio Hazel bien por el bien. No emAlejandro Sux.
plees jamás la humanidad como un simple medio. Respécala como un fin. Kant.
Confort, Decencia y Esmerado Servicio Encontrará La mitad de la belleza de la mujer está en su cara y la otra mitad en los ojos de su enamorado. Sellés.
Ud. en la ¡Maldita sea la guerra. Malditas sean las armas. Malditos sean los planes homicidas. Bendita sea la paz y sus cosechas!
iBendito sea el amor y todos sus frutos. Benditos sean los pensamientos de las madres, que uno solo de ellos pesa más en la balanza de los cielos que toda la soberbia de los Césares. Muera el gran monstruo que devora en la paz el trabajo de los pueblos, que se bebe en la guerra la sangre de los hombres. Unámonos, hermanos. Levantemos bajo la mirada de Dios, que la nuestra bandera de amor y de justicia!
Sálvese, oh santas madres, el fruto de vuestro vientre, vuestro imperio y vuestra gloria, y perezcan para siempre las nefastas y desmedidas ambiciones!
Ooo ¡Abominación para la guerra! Absteneos, en presencia de vuestros hijos, de toda manifestación de ferocidad.
Inculcad en sus cerebros pensamientos de amor y de tolerancia. Emplazad todas sus fuerzas para las nobles luchas del trabajo y para las santas victorias de la paz.
000 ¿Quién repondrá los muertos. Quién sobrellevará el dolor y la carga de los mutilados. Quién pagará los gastos de la guerra?
El pueblo con su vida, dada en sangre o en trabajo.
Ahora, en angustias, en los arsenales y en los campos de batalla. Después, con sus esfuerzos y sus privaciones. Siempre con su desgracia.
09 ¡Perfumate de amor, oh América. Serás la mano en que el mundo apoyará su frente vuelta fuego. Cuida tu huerto! La dulzura de sus frutos aliviará a vencedores y vencidos. Vigila la pureza de tu fuente. Serás la copa de agua para la especie sedienta!
999 Alabada sea la paz que deja los bueyes uncidos al arade, y el arado abriendo el surco, y el surco en hervor de vida, y la vida derramándose pródiga y triunfal sobre la haz de la tierra.
Alabada sea la paz en la que el rosal florece, el árbol fructifica, la mies madura, y están juntos aquellos que se aman, y se aman todos aquellos que se juntan en las lides del trabajo y en las fiestas del placer.
Alabada sea la paz, en cuyo seno se ganan las batallas contra el hambre y la ignorancia, y se acrecientan sin cesar las filas de los ejércitos de Dios.
999 ¡Compasión para las madres que no Infunden a sus hijos la náusea de Calín. Compasión para los padres hacedores de huérfanos. Compasión para los que, con el culto de la guerra, preparan la desolación de las ciudades y de los corazones, las matanzas de hombres y de sublimes pensamientos!
Constancio Vigil.
odios, la mización ece la y que ir para princiimbres birajes de la e debe patías, nuesanhela volver Que se resis1. que armode los le por leto la giones indifeporción ser así.
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Lo que se necesita NAS.
que dicen los sabios Antes que el viejo llegue hasta el precipicio. pasaastañar de paz, agamos ena en icional.
nuestra nismos, ajo, de a la ibertad nuevo Algunos románticos suponen que en la sociedad los únicos dignos directores del pueblo son: el militar, que defiende la tierra; el sacerdote, que aplaca las cóleras divinas e inculca la moral, y el poeta, que canta las glorias de la comunidad El hombre actual no quiere ya directores. Ha visto que porque un hombre lleve unos pantalones rojos o una sotana negra, o escriba frases en renglones cortos, no vale más que él, ni es más moral que él, ni más sentimental que él.
El hombre de hoy no quiere magos, ni hierofantes, ni misterio. El puede ser, cuando le conviene, cura, militar o guerrero. No necesita especialistas en valor, en moral, ni en sentimentalidad. Lo único que necesita son hombres sabios y hombres buenos.
Pío Baroja.
Sólo el que sabe es libre y más libre el que más sabe, y el que por saber más se ve forzado a elegir lo mejor; sólo la cultura da libertad. Unamuno.
ESTACION MELENDEZ Recurra allí y se convencerá.
La sabiduría consiste en no poner siempre en olvido el juicio de los demás, y en no ser esclavo del que dirán. Montalvo.