116 EL, CABALLERO ANDANTE Panamá de Junio de 1918.
Dos hombres honrados Hrádn ustedes un mal negocio, como lo lago yn el día que vuelvo a casa con los bolsia Blos vacios. Es que yo trabajo. Lo mismu digo, y más personalmente que ustel, piiesto que usted. No, seoor! Usted roba. Según a que la nie usted robar. Rob: el que se apodera violentainente de lo que no es suyo. iAh, vamos! Por manera que el ladrón se diferencia del comerciante en que este roba pacificamente. No me negará usted en este caso que el segundo es una decadencia del primero. Han legalizado la falsificación y el escamoteo; mejor diría si digera que han per.
vertido el arte de robar, y que por antiestéti.
cos, sino por otra cosa, nierecerían ir a la cárcel.
El más gorila, dle sourisa bunacliona, de cía a 1211 recino que comia a dos carrillos sin parar mintes culo que el jab: encima de la inesa 1010zo del mesin. Desengañese listel, a inig. el robo será sjerpreu crimen. Le supongo propietario. Gracias a mi constancia, a mis alorros y a ni trabajo. els usted industrial? comerciante. Al. usted, ea qué negocios se dedica?
Tiede ilsleil cara ile bolsista. Pues no tengo cara de lo que soy: me dedico a robar. robar. Como lo vye usted. lo dice cui orgullo. Con el mismo que einplea usted para lecir que es comerciante e iniustrial. Mi negocio es legitimo!
Lo sé; casi tan legitimo como el mio aunque 110 tan dignio. Cómo qlie ilu tarlig 110. Naturalmente; no es tall signo porque es neuns expuesto y mis hipócrita. Yo robo teniendo la les el contra y usted roba al am paro ile la ley nisna. No da el peso cuando venile, no puga la medida cuando compra, no repara eli esivenenar a su clientela vendiendo. Es un contrato libreinente estipulado. Sí, sí! Pero al hacer el pacto se halla de cierta calivad, de cierta medida y de cierto precio. Es que. Déjeme usted hablar y lo hará usted después liasta el dia del juicio. No puedo oir tales disparates. Comiendo tranquilo estaba cuanilo usted me interrogó. Yo soy más franco que us.
ted llamo robo a mi negocio. Respecto de la industria, no me llegará usted que en plea articulos malos para venderlos como buenos, y queria il sue operarios el cinco por ciento de lo que producen. Buena la lariamos los comerciantes si vendiésemos al precio que comprainos, y no la haríamos mejor los industriales si las primeras materias aos costasen el dinero que sacamos de la producción.
El ladrón y el comerciante se levantaron de la inesa sin saludarse siquiera. Al año, uno se encontraba eu presidio, fuera de la ley por haber robado una cartera, y el otro hacia leges eu el Parlamento, porque liabieldo jugado a la baja en combinación con el ministro de Estado, ganó muchos millones y pudo representar al país con el dinero que había quitarlo a numerosas familias que vivie.
ron después en la miseria, OCTAVIO MIRBEAU.
CONTRASTE Narchaba con su hijo en brazos, llegó de nosotros cerca, y tú esquivaste el saludo y volviste la cabeza. No la saludas? te dije. Quien. Yo, saludar a esa. Saludarla. iy lleva un hijo en sus brazos y es soltera. Tanto gusto eli saludarla. iTunta dicha en conocerla. Cuénterne entre sus a inigas más cordiales y sinceras. esta saluulas afable, tú, que despreciaste a aquella. Es claro. Entre la una y la otra existe gran diferencia.
Esta engaña a su marido, pero está casada en regla.
JOAQUÍN DICINTA