EL CABALLERO ANDANTE Panamá 25 de Mayo de 1918.
93 Para desengrasar Las medias caladas ocasión. Es coser y cantar. Te haces esclavo de los cuciques, a gente de negocios de los amigos, correreidilc de los electores, hasta lograr que los otros distritos envidien al tuyo su diputado. Ya sabes el sistema.
Sí, si; ya sé. na vez con distrito propio, ancha es Castilla. Vienen los tuyos y te hacen alto funcionario, director, subsecretario, consejero de Estado, ministro. Por qué sio? Otros miás tontos lo han sido. Gracias. No las in:rece.
Como un no ha veni.
do Silvela a dir la opini in sobre el tiino de las cesantiris, tú te pones en condiciones legales para cubrir 0113 31. realitos que, unidos a los 000 durusilo la sua anterior, hacen si no me engaño, 500. Corren los años, engordas, encueces, tu espalda se encorva, tu barrig: se redondea, y llega para ti la hora del retiro. Entonces pasas de la haja a la alta Cámara. Senador electivo primero, vitalicio después, ex ministro, hombre eminente, respetable, Piscrá demasiado pretender que una Compañía de ferrocarriles te brinde con una plaza de consejero que te valga otros 000 duros. No, no es demasiado. Siete mil quinientos y tres mil, diez mil quinientos. Pongamos diez mil, cuenta re.
donda. Capitalizados al cinco por ciento, diez mil duros representan una suma de un millón de presetas, que como honibre pródigo, derrochador y gastoso, has tirado por la ventana, puesto que no la has cogido del arroyo. Que es lo que se quería demostrar. Bien; pero tú que has manejado toda tu vida tantos intereses, eres tan disipador como yo, ya que nunca se te ha ocurrido cargar con la cajn y echara correr. Si yo hubiera hecho eso que dices, tal rez a estas horas estaria en presidio; mientras que si tú hubieses hecho lo que digo. Qué. Alora pertenecerias a la casta de aquellos que llevan a presidio a los demás.
ALFREDO CALDERÓN. Qué celestiales, qué seiluctoras, qué gentilmente resvergonzailas van las chiquillas y las señoras con las alegres medias caladas! a esas señoras y a esas chiquillas po las contemplo con albarore, y hasta nie sacan de mis casillas, ipues me recuerda que le sirlo mnzo. Oh, celestiales nicdias calailas, las que me inspiran lecas quimeras. iqué bien les sientan a las casistus. qué bien les caen a las solteras!
Vaya kio aplauso para e a modi, que aunque inspirarla por el demonio, hoy asegura la gente toda que es la antesala lel inatrimonio.
Pues hay mrncelos enainorados que, en las ainantes encrucijadas, con arte y maña fueron cazadus por uvas lindas medias caladas.
Dignas de fama y alto renombre, sublime encanto de las mujeres, pues tales inedias brincan al hunbre la quinta esencia de los placeres.
Medias divinas en cuyas niallas más de un rebelde quello preudidlo. Cuántos combates, cuántas batallas, con vuestra ayuela, ganó Cupido! aunque es inicio y atique es injusto en estos tiempos renurailores, liay moralistas ile cion industo que en contrit de ellas diuen horrores, hasta hay quien pide que se divulgue entre las gentes buenas y hoor. las, que es necesario que se excomulgu.
a las que gasten inedias calidas.
Eso no puede ui congestirse; pro: storle ello. No lo permite!
ilo que es Lonito ilele lucirse!
iDios da para algo lo que es bonito!
Encautadoras medias caladas, las que me inspirar lucas quimeras, iqué deliciosas en las casadas!
icuáu incitantes en las solteras!
MANUEI, SORIANO.
Mirall con el microscopio de la Sociolagia, las joyas con que se engalanan los burgueses, y vereis que en sus piedras preciosas se escuentran los glóbulos rojos que faltan en la sangre de los proletarios. Fermin Salvocher.
No hay pueblos civilizades; las hombres civilizados. No he visto prelilos libres; he vis.
to hoinbres libres. Rafel Birrell