92 EL CABALLERO ANDANTE Panamá 25 de Mayo de 1918.
CARIDAD Opiniones respetables Tuve que defenderine, hace pocos dias, No. Los pobres no quiereii ya caridades e contra los reproches que ine eran dirigidos por lo don Juan Robres. Necesitan justicia seca.
una alta segura. Colocado a su lado, supe por Quieren que nadie viva a su costa, que nadie coella, lo que se piensa de mi eo los salones demia sin prošlucir, que no haya quien acapare ricentes.
quezas para entregar después a los despojados Mucho mal, nie dijo.
la milésima parte de lo que les coresponde en Todavía en política, pase, agregó, pero dercclio. Establecer poderosas industrias sin no respetais a inenulo las creencias que son, pagar tributo, nientras las alileanas son sucrificarlas en los fielatos, encarecer el pan de sin embargo, respetables.
los niños; saocionar la explotación del ourero. Señora, contesté con una dulzura que no excluía cierta firmeza, no liay creencias apoderarse de la tierra y luego arrojar a los respetables.
menesterosos un mnendrugo para acallar su. Decis. exclamó la dama estupefacta.
desesperación durante dos horas, eso no es Digo que no hay creencias respetables; humano, ni pio, ni cristiano siquiera. Sépase no hay inás que creencias. Cuando San Pede una vez: mientras un solo niño, mientras dro y San Pablo llegaron a Roma, se enco! luna sola mujer, mientras no solo octogenario traron frente a creencias considera las entoncarezca de abrigo y sustento (y hay niillones ces coino infitamente digoas de respeto por que lle ello carecen. ni se puede cantar el simno nie la actual organización, ni sle la caridad aquellos que las profes. ball. Los romanos estabait aferradas a ellar desde hacia mucho que no evita el mal lace closcientas décadas, tiempo, lo misino conio lo estais a las viiestras, miliay hombre que tenga derecho a vestir el traje que lleva, llámese loga o púrpura, blusa y Neron cumplió con su deber al defenderlas oleviia, uniforme o sotana.
enérgicamente contra la propaganda de los recién llegados. No era emperador, en efecto, ANTONIO ZOZAYA.
sino para conservar el orien de cosas existene te, estan lo torlos los einperadores y todos los Decic al ainigo el mal que dices de él, es monarcas colocados, desde ese punto de vista, amistad; decirle quien lo dice, es chisme. co idénticas condiciones.
Nu suurmures de tu eneniigo, que es veo Si los mencionarios Pedro Pablo hubieganza de cobardes la de las palabras. Platón sen sido detenirlos, por las consideraciones a Si antes empezáramos a juzgar que a enolas creencias llamadas respetables, no seríais jarnos, disculpariamos a niuchos.
cristiana, ni yo cristiano.
Creemos ver muchas cosas grandes, porLos dos tendríanos por señor, al señor de que somos pequeños. Muchas tienen la gran los dioses que fué Júpiter, como lo sabeis, deza, lo de suyo, sino de nuestra pequeñez.
Acudiríamos a los templos, para implorar, seNo apreciaré los hombres por los empleos, gún las circunstancias, a Minerva, a Venug a sino por las costumbres. Estas, cada uno se Mercurio, en lugar de recomendarnos a San las adquiere; los empleos los da la casualidad.
Antonio de Padua y al bienaventurado Benito Nadie nie parece más infeliz que aquel a abre, como tenernos la suerte de poderlo haquien no le sucedle wada de adverso.
cer hoy.
La enibriaguez 1o causa los vicios, sino Este pensamiento, causando horror en el descubre los que había. Séneca.
alma de mi vecina, calınó un poco su resenti: miento. Me prometió abogar por mi causa en El hombre en el soberano, he aqui mi algunos salones decentes, y es un buen alicien principio; el poder es la negación de su gobe.
te para miſ en este día le fiesta.
rania, le aquí mi justificación revolucionarin; HARDIIN debo destruir este poder, he aquí mi objeto: Sé de est: niodo de donde parto y a donde voy, Ni inillones de pesos, ni millones de neile y 110 vacilo. Pi Margall.
dados, ni guerras, ni revoluciones pueden haSólo el que sufre a combatir se atreve. cer lo que un hombre libre cuando dice sim. Sawu.
plemente aquello que cree justo, Tulstoy.