EL CABALLERO ANDANTE Panana 18 de Mayo de 1918.
81 Muerta de amor La Princesita, que es muy bonita, está enfermita de mal de amor; tan pronto grita, llora o musita, ríe o se agita, presa en furor.
Se ha enaniorado de un su criado, muy delicado, de bella faz, culto, agraciado, fino, preciado, doquier nombradlo por su bourlari.
El Rey, furente.
jamás cousiente ni parcainente el tal querer, y allá en su niente prepara urgente algo inclemente contra el doucel.
Sin más espera, como a una fiera, de la frontera le hace salir; y capaz fuera, si vuelto hubiera, de hacer inuriera ile modo vil.
La Princesita, que aun es bonita, sigue enfermita de mal de amor; ya nada evita su acerba cuita, ya nadie quita su gran dolor cada instante pide arrogante ver a su amante dle ojos de azul, en quien constante piensa adorante, mirando errante hacia la luz.
Los Reyes lloran, gimen, imploran, se afanan, oran con fiel piedad; aunque no ignoran, pries lo avizorau, que 110 aininoran coul nalla el mal.
Códigos fríos, torpes, sombríos, faltos de estíos.
nunca Saceis bien: amantes brios de señoríos y puebleríos inatais le sed.
Los soberanos, por más que ufanos, el ocius vanos puedan vivir, pues son humanostambién insanos colores llanos han de sufrir.
La Princesita, que fué bonita, ya no se irrita presa en furor, ya 110 musita, siente ni grita; vive muertita (le tanto amor. BLÁZQCEZ DE PEDRO.
Cuando la sociedari no conozca más dislinción que la de productores o consumidores, o mejor dicho, cuando el individuo sea productor y coasumidor, las causas permanentes de la iniseria desaparecerán de entre nosotros.
Mazzini.
Las libertarios dicen, con razón, que no pueden ser partícipes ni jueces de sus ideas y de sus actos los que carecen de una mentali.
dad, cle una preparación, de una franqueza adecuadas. Nicolás Estébanca.
El desesperado de su porvenir y el sober bio que quiere imponer su voluntad como ley al presente, por distintos caminos van a caer juntos en la sima de la culpa o en las angustias de la impotencia. Concepcion Arenal.
La injusticia del necio, tómala como una recoinpensa a tu sabiduría. Ayllu.