EL CABALLERO ANDANTE ľadaná 18 de Mayo de 1918.
77 LA CONVICCION sino que reposiriis de por sida eu lor (111e aliora juzgas lil verilidil, no por eso deberíis voltar de la niana los instrumentos de la investiga: No har convicción tal que, una vez atyjai ción y del juicio, omo el obrero que da por or rida, debas dejar de trabajar sobre ella.
terwinarla stilarea; la tareil tuyl onsistiria, desde culturces e ll extender las relaciones de que aunque su ſumamento de verdad sea para ti el más firine y seguro, iala se ople ate fit veral; en laptarla a lo nuevo que trae cousty Chit lura; en ainaestrarli, como Temuevas aires, y reteinpes lu convicción, y avesi alladenia, para la caza del error; en la encares con nuevos aspectos de la realidad, y muestres su fortalezit cu nuevas batallas, y propenderit que ella er volviese en sus anillos la lleves contigo a explorar tierras del pensawila completa y bien trabaila concepción del inunilo.
aliento, inares de la incredulidad de la duda, que ella puede someter a su imperio eta Pero niulie puele afirmar. Esta es mi fe graarleciéndose; ni a que, corroborándola leil. definitivas; y cuando llevamos adelante ese eintro de ella misma, le afanes por hacer más peño «le airear y ejercitar la convicción de fuerte y armónica la conexión de las partes nuestra inente, y se levanta ante nosotros una que la componen.
idya que 110 sólo se niega a subordinarse en Pues, si ella es la veral ino e delict tuforma alguna a aquella convicción, sino que, yo entrar cada vez más adentro de la verdul, plateado el contlicto, la resiste, y la hiere eli y adherir e a ella, en cuanto se es posible, por lo intimo ile moilo que 110 podemos escudarla más motivos de convenciušiento de amor. qué queda por lacer sino declarar la vieja Trabaja, pues, sobre la convicción alquiridas; potestat vencilla, y pasar a la irtea muera el relacionale con nuevas ideas, con muevas excetro de nuestro pensamiento, si liemos de periencias, con nuevas instancias de la contraprocrder en estas lides según la virily caballe.
dicción, con suevos espectáculos ciel teatro del resca ordenanza de la razón. mundo. Si ella resiste y prevalece ¿cuánto José ENRIQCE RODÓ.
más probada 110 quedará sinergia. cuántos más eleinentos no habrá conquistarlo y sojuzTelaraña legal gado, ordenando a su alrededor. por su propia virtual y eficacia. todas las cosas con que la Jugar en un burlotc gente baja puisiste en contacto? La convicción más firme es digno de castigo más severo; será la que inás multitud je ideas mantengil jugar gente de nombre o de dinero en torno suyo alcance a wir eu inás conida es una distracción que no rebaja.
y concorde relación. Proin lo que vive y proKresa se inueve obleinente en el senti:iu de Es un crinen herir con la navaja una mayor complejidad yuu inayor orden. Si para yengar reciente ultraje fiero, sólo te preocupa perfeccionar la unidad y el e noble proceder de caballero buen arreglo de tu convicción sin agregarle matar en duelo al que el honor ultrujil.
elementos de afuera que lo extiescan y reaniQuien por ello se muestra sorprendido iben, caerás en el automalismo de una fe bien da de su candidez notoria sena.
disciplinada pero estrecho. Si sólo aticudes a Laly tela de arañil siempre ha sido aumentar la provisión de ideas de tri espiritu y es antiguo el axioma que lu enseDil;y no cuidlas de repartirlas y ordenarias, caerás la mosca grande rompe su tejido.
en el ilesorden del pensamiento contradictorio que es segura prisión de la pequeña.
tumultuoso. Pero cada idea que ganes para tu mente, si aciertas a ponerla en adecuada Filipe Pérez González.
relación con la idea superior y muestra que ucupa el centro de tus meditaciones, será 4139 Las leyes que reconcian a algunos privile lazo más que asegure la estabilidad de esta úl giados el derecho de tener esclavos y de suje tima, como muev: raiz que se desprende de ella tarlus a tu trabaj furzuso, ha sido cemplase entraña en el seno ile las cosas.
zadas por las que garantizan a esos mismos Aun cuando supieras que nunca habías privilegiados la propiedad de toilas los tierras, de abandonar la posición actual de lu espiritu, Tolstoy