66 EL CABALLERO ANDANTE Panamásli de Mayo de 1918.
El pobre y el rico del Ideal, miranios como obra de Calibán las exageraciones de unos y otros que a ralos suelen atravesarse en el camino de la confraterni zación, a inanera de a brojos que punzan los desnudos pies mientras 110 se calce sandalias a la moda de los buenos tiempos helenos, o el recio borcegui inoderno que aplasta las malezas.
La colonia española le festeja como cabe a tal huésped, y como la tradicional hidalguía hispana sabe manifestarse, festejo en que tomia participación una lujosa representació de la intelectualidad panameña.
Nos despedimos del novelista y sicólogo Zamacois, en cuyos ojos vemos un relámpago de luz al estrechar de nuevo nuestras manos.
José OLLER.
Panamá, Abril 29, 1918.
Los hombres fuertes Anda por ahí una filosofía que «licen ser la de los hombres fuertes y no es sino la de los débiles que sueñas con una fortaleza de que carecen. La fuerza engenira sentimientos de solidaridaxl y le justicil, aulielos de sacrificar.
se por el prójimo.
Los hombres verdaderamente fuertes son Ius que saben coordinar sus esfuerzos con los (lemás, son los que saben que 110 hay quien pueda ser del todo libre mientras haya un prójimo que sea esclavo. La libertad es un bien co.
mún y cuando 110 participen todos de ella, no serán libres los que se clean tales.
Los fuertes, verdaderamente fuertes y diguos de este 110mbre, son los que tienen conciencia de que no es hombre verdadero sino el que aspira a ensanchar, acrecentar y corrots rar la libertad coniun.
MIGUEL DE UNAMUNO.
Un pasajero que de orgullo henchido navegaba eu primera, con resprecio miraba al desvalido viajero de tercera. Al que hable vie igualdad elecía el primero considero insensato. Cómo ha de ser cual yo, quien sin dinero se encuentra y sin zapatos? entre tanto en el pecho del segundo el odio se despierta, al ver que en contra suya todo el mundo parece se concierta.
Mas pronto la comedia cruel y fría tornárase en tragedia, a 110 surgir brillante un nuevo día del misino mal que asedia. chiuque atroz, terrible y formidable la catástrofe anuncia, y de la muerte el fallo inapelable en alta voz denuncia.
Entonces de las clases los extremos, sin inirar diferencias, con ardor se dirigen a los remos y se unen sin violencias.
El peligro común de los niortales la vanidad ahuyenta y hace se reconozcan como iguales, entrando en la ancha senda.
La vida del error no es más que un día, aunque parezca larga; la verdad solaminte la alegría y nunca es una carga.
FERMÍN SALVOCHEA, La clavija, la cuerda y el pueblo De una hermosa guitarra quejábase una cuerda a su clavija, con triste voz que el corazón desgarra. Por qué me tiras taolu, sin reparar mi llanto y mi acerba congoja?
Afloja un poco, a floja, y con dulce sonido del taiedor regalaré el oido; pero si aprietas más, fuerza es que estalle, y luego me arrojen a la calledijo; y sin que esto nada le remuerda, asuste ni corrija, siguió apretando la feroz cla vija; mas ¿qué sucedió al fin. saltó la cuerda.
También es cosa fija, que el pueblo mds snfrido y unds callado salla cuando le aprietan demasiado.
VENTURA Ruiz AGUILERA.
El que disputa con un beodo, disputa con un ausente.
Mejor es precaver lo venidero, que disputar sobre lo pasado. Sénecu, Si el houbre no quisiese otra cosa que ser feliz, lo lograría con facilidad; pero quiere ser más feliz que los otros, y esto ya es niuy diffcil, porque cree que los otros sou más felices de lo que realmente son. Montesquieu.