32 EL CABALLERO ANDANTE Panamá 20 de Abril de 1918.
dades cuando se reuneu ante el altar la, da a morlular en francés las mismas frases inex.
mas aristocráticas, en alguno de esos fue presivas que sabía decir en madrileño (no con.
o clok a lo mistico, ajenos por completo al fundir este clialecto con el castellano. apren.
grandioso sentimientos que enlaza al hombre dió a burdas con esta inbres (le colores, adop.
con la Divinidarl; peru rezar a troche y moche, tando sobre el bastidor ciertas posturas de desrenunciar a las necesarias pompassle la vida, dén y elegilote aburrimiento.
entristecerse en las tinieblas del teinplo, eso Llegó la juventud con su desarrollo de lí.
era condenarse a envejecer precozmente y nicas, pero no llegó con sus pasiones ni con sus abanilunar un puesto en la fiesta social. En anhelos. 11 ainor! Para Fifini era un motirealidad de verdad, lit buena Berta tenía suis susle vanidard. Jasnás pasaron por entre las puntas y ribetes de desciríla, pensaba, allá nieblas de su dorniir tranquilo el bigote negro en lu svás honilo de su alma, que, í, es conve o rubio, ni los ojos garzos o azules que flotan niente estar bien con Dios, pero sólo lo preci en los ensueños de las muchachas en esa edasi so, para que no se nos lleve el diablo.
roniántica y lovelesca que es eo la historia de La primera comunión sie Fifina fué la pri. la mujer lo que en la historia le la tumanidad mera entre las representaciones de gala a que la Ed: Media se destinalia la niña. Más que de preparar su. Duerme como un santo exclamaba Bei.
espíritu, se cujúló de preparar el blancu traje, ta cuando cada mañana iba a llevar a su sobri.
de corte ideal, en Cliya trasparente musclina na el chocolate.
se destacaba ja sinrosa la carita bajo el velo Más bien ciornía coino una estatua.
finisimo y allo que se plegaba sobre las gra Pero aunque el anir no vino, llegó el pe.
ciosas enas de la rizalla cabellera. El cura ríodo ell que, según el sistema filosófico social párroco pronunció algunas fases alusivas a la de Berta, era indispensable casar a Fifina. La cereinonia; pintó la Sión celestial con sus pal. solterona odia ba al hombre, pero comprendia mas de onu y sus músicas de serafues; dijo al su necesilail como elemento de ornato, COMU go muy sencillo, muy tierno y muy coumove contribuyente para sostener la lista civil de la dor; pero Berta expresú en su rostro, acabarla daina elegante, para acunipañar a la esposa en que fué la plática, lo poquisimo que le había el carruaje, para añadir prestigios a la hernio.
satisfecho la elocuencia del sacerdote.
sura. Deseaba ella para Fifina más que un Debía haber venido a var la comunión marido, en el concepto carnal y amoroso de la algún capellán se palacio, algún cura distin palabra, un dócil, frío y respetuoso compañero guido. Bien se conoce que este pobre párroco de festas y exhibiciones, un conservador de procede de la clase baja. Nu ha teniilo ni una aquel mionu ibento de belleza.
palabra de elogiu para el vestido le Fifioa. El prodigio fué hallado. El señor de Bar¡Y cuidado que la piña está preciosa y elebieta con sus cuarenta años frescos y perfugante!
mados, con su estupidez barnizada de buen toEl teatro y el paseo no eran para Fiona no, con sus diez mil duros de renta y sus ex.
lugar de diversión, sino de exposición. Ni las teusas relaciones en el gran inunilo, solicitó y máy herinosus óperas, ni los más coninovedo. obtuvo la mano de Fitina. Era el buen señor res dramas, ni las más graciosas comedias la todo orden, pulcritud y minuciosidad. No conhacían sentir emoción alguna: ni reia, ni llo cebía que pudiera vivirse con una mancha en raba, ni experimentaba entusiasmo. Lo poco la ropa, ui con una incorrección en el trato so.
de alina que puso Dios en aquel cuerpo estaba cial. Su nombre hubiera permanecido ignorailo adormecido, josensibilizado para las impresiu si alguna vez no le citara la crónica de los sadies ajenas. Sus ojos no eran para ver, sino toiles. Sio pasiones, si cultura, sio entusias.
para ser miratlos; sus oixlos 110 erau para oir njo por nada, con una insensibilidad adiniraotra cosa que el elogio, la galanteria y el in ble, parecía anestesiado para el placer could sustancial requiebro que da de si la conversa. para el dolor. Un smocking de corte irreprocha.
ción pálila de la gente llamada de buen tono. ble, un inonóculo sujeto ante el ojo derecho La educación de Fifina correspondía per una barba bien peinada, un aroma de opopo.
ſectainente al ideal de la familia. Aprendió wax que trascendía, y cierto uudo de salula beldad a empujar las teclas del piano ejer. dar inclinando la cabeza sia unuver el cuerpo, cicio completamente ajeno al arte, maprendió constituían los rasgos característicus del dis.