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VERBO ROJO CONDICIONES Verbo Rojo Aparecerá los Jueves y se venderá al pregón por valor de UN REAL el núu. ro suelto. Se servirán suscripciones a razón de UN PESO plata por por una serie de voce números, adelantado.
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Los artículos políticos qe no seau de la redacción irán firmarlos por sus autores, así como los que envuelvan cargos de ualquier índole.
Administrador: LUIS BOUTIN es un Triunfaremos Con motivo de haber censurado en nuestro semanario algunos ac tos oficiales se han levantado no pocas voces para lanzar temerarios prejuicios, atribuyéndonos parciali.
dad en nuestros juicios, y hasta ve.
nalidad en nuestros actus.
Estos conceptos, hijos necesariamente de cerebros atrofiados por las pasiones, vo nos hieren, pero nos mortifican.
No pos hieren porque están muy por debajo de nuestro nivel moral y por lo tanto no llegan a las alturas de nuestra conciencia, y nos mortifican, porque todo lo que representa algo de pequeñez en el espíritu de nuestros compatriotas nos afecta hondamente y despierta en nosotros un seutimiento de conmiseración, Hombres hay incapaces de pen sar por sí mismos, o de obrar de manera independiente, porque les es indispensable un amo que dirija sus acciones y a quier subordinar sus pensamientos, estos deshereda.
dos del caracter, no conciben que hallan frentes que no se inclinen, ni labios que protesten, mii inanos que rechazen lo ilícito si esto tiene su origen en esferas sociales de mayor elevación que la en que ellos se agitan. estos pobres hombres, que moran eu el fango, les es del todo imposible, ver más allá de la inmun.
dicia que los rodea. Para ellos nuestra conmiseración.
Esta es la causa por la cual nos mortifican las apreciaciones de es tos oscuros artífices de la grandeza ajena. nosotros que lucharuos por la dignificación de los humanos, que hacemos un esfuerzo por pore.
sentaruos, perfectamente libres e in dependientes; nos mortifican manifestaciones de pequeñes, eu es seres que son nuestros semejantes Vapulaciones y por ende dignos de mejor suerte.
Pero tenemos fé en que la cam Qualis homo ipse, talis est ejus oratio. ha dicho el gallardo españa que se inició con la aparición critor del siglo XVIII, Jorge Luis de esta hoja, acabará, con el triunLecrerc de Buffon; y sus palabras fo de la idea y con él, desaparecerán son tan verosímiles que, aún en todos los vicios sociales; llámense nuestros días se usa frecuentemengamonalismo, partidarismo o ser.
te esta sentencia para juzgar el qilismo, etc, etc.
carácter del que escribe.
Labor ardua será, quizá no triun Si nos concretamos a aplicarle fará esta generación, pero, fie esta sentencia a un escritor, ten les a nuessro lema, luciaremos sin dremos que, por medio de una inidescanso por el ideal; seguros, de nuciosa observación, podemos saber que es ya u triunfo vivir en cosn los dones que adornan su persona, tante lucha.
es decir, que podemos saber su mayor o menor grado de ilustración, sus costumbres y la gallardía más o menos grande de su espíritu.
Sobre Instrucción Pública Hay escritores que, en sus pro(Viene de la 3a. pág. ducciones, todas llenas de fuego, dejan ver como a través de las límpidas aguas de una fuente, su don Se invoca que este cargo privilegiado que a muy pocas almas puesto administrativo.
les es concedido. Se ve cuan ágil Debe tenerse en cuenta que el ha corrido su pluma para expresar Jefe del Ramo ha de reglamentan.
sus sentimientos íntimos y sus lo, de tal manera que los maestros creencias, y, en fin, nos deja el al no obren a su libre albedrío; y sí se ma toda llena de emociones, que considera la importancia de esta nos hace tener cierto afecto o admi.
reglamentación nó se explica cómo ración por sus producciones.
pueda proceder conscientemente Pero jah! jcuantos analfabetas quien carezca de aptitudes para no hay que, preciándose de escriello.
tores, no tienen un vocabulario sino para expresár su aletargada El ejemplo de los secretarios de pedantería y, para arrojar sobre los guerra de Rusia y Estados Unidos demás, cual feroz gladiador, sú viene en nuestro apoyo, porque si es desmesurado improperio!
cierto que estos no son soldados, no En esas desesperadas lides polílo es menos que aquellos países ticas. en ese frenético antagonis.
protestan de manera enérgica por mo, en donde más se observa las desiguaciones que en ellos han esta repugnante manía de algunos recaído.
patrtotas al disputarse el triunfo de Nosotros sostenemos y con noso.
su candidato. En esa lucha patrió tros todo el que no desee ver al frentica se mofan, se insultan y, por te de tan importante ramo un dócil fin, al estampar sus escritos en los instrumento de sus subalternos, que periódicos locales, parecen como un el Secretario de Instrucción Públi áspid que sale a la jitemperie a ca, como cualquiera otro de sus coesparcir horripilante aliento!
legas deben descollar en el ramo de Es así, como he dicho antes, que que son jefes.
se conoce el carácter de cada cual, mi corto modo de entender a un para terminar Diremos individuo que, queriendo dirigir al señor Andreve, Secretario de contra otro su defensa, puede haInstrucción Pública, que se coloquecerla evitando el proferir las locuuna mano en el pecho y otra en la ciones ya citadas, y expresarse por conciencia, y, que se pregunte y otros medios caballerescos, que da.
examine, dos veces, si varios nomrán a su persona una cualidad de bramientos hechos en las escuelas, muy alto precio.
corresponden al cargo que se les ha debemos de advertir que, esos cinfiado a sus favorecidos, puesto reucores que quedan en los pechos que es cuestión grave colocar a in: después de las campañas políticas, dividuos incompetentes por su edad, debemos de prodigárnosla, por su inexperiencia y falta de puesto qte somos nacidos bajo la conocimiento en el Ramo de misma sombra del pabellón tricolor, donde la escogencia de los indivi más bien debemos de unir nuesduos es la base de su progreso, y, trus ideales patrióticos, sin necesi10 se vos obligue dir nombres dad de prodigarnos dicterios que, propios, lo que nos impide nuestra nos hacen pensar en nuestros escaedi. ción y nuestro tenperamiento. sos dotes de urbanidad.
LUIS DE MOLINS.
MARTIN DEL RIO.
no esas BIBLIOTECA NACIONAL ERNESTO CASTILLERO