Kropotkin

2.
VERBO ROJO Hau transcurrido doce días y, el señor Secretario que eu otras ucasiones se ha mostrado muy diferen.
te para con la Prensa. ha guardado en esta ocasión un mutismo se.
pulcral; mutismo ianto más censuº rable, puesto que con ello ha dado una muestra palmaria del poco o nicgún respeto a que es acreedora la Prensa local.
Los lobos na familia: padre, madre, y cuatro vástagos.
Al resoplar del cierzo, la crin de los nobles brutos soltaba como chispas diamantinas. El frío era horroroso, la nevasca espesa: la no: ta parda del grupo audante se des tacaba entre la blancura de un paisaje tumba, pintoresco y horrible a un tiempo.
De pronto el padre, que guiaba el vehículo, soltó una exclamación y fustigó a los caballos.
La madre ciavó en él la mirada.
Los hijos, acurrucados y soñolien.
tos, nada observaban.
los caballos corrían conio el viento.
Había salido del bosque la manada de lobos y corría también.
La mujer vió el peligro y tem blo.
El hombre, callado, todo era fus.
tigar a las bestias.
Pero las fieras corríanmás, más ca, los caballos siguen su huida desenfrenada, como entendiendo lo que dejan tras de sí.
Aquello fné bárbaro, cruel, espantoso. Pobres niños!
Mas, eran seis los viandantes y llegaron cuatro a salvo. No hubo más remedio que transigir. Hubieran indudablemente perecido to dos!
El hecho porque es un hechono cabe discutirlo; habría para to das las opiniones. Pero se despren.
de un ejemplo de él.
Cuantos cruzáis por entre mise ria y desolación, pensad que el hambre es un ariete irresistible.
Si veis peligro dád algo; no os en tretengáis en medir, contad o aqui.
latar. Ante lo inevitable. quién se para en razones? soltar parte exponerlo todo. Que es vuestro? Couvenido, Pe.
ro ve que el hambre algunas veces echa al lobo del bosque.
PARA LOS TERRATENIENTES que ellos.
no había En el vasto imperio de los czares la nieve es el color eterno que percibeu los ojos, ávidos de luz y de matices variados. Melancólicos, lán.
guidos contemplan ei extenso cen.
dal como quien ve uu desierto sin límites.
Domina el frío, los miembros se entumecen, el calor natural es alií lo extraordinario, sobre todo hacia el Norte.
Donde brillar los rayos de un sol espléndido, hierve la sangre, remózose la ventura, cunde la ale.
gría.
Cousiderar los días nebule sos de ese pueblo envuelto en un mantu gris, bajo un bóveda plumiza que amenaza aplastarle, y hallaréis ex.
plicada la menlacolía de los rostros, la apostura glacial, el ensueño constante. Hallaréis explicados a Bukinin, a Kropotkin, a Sergio Krawehinsky, Máximo Gorki, Turguenef, y hasta al neo místico coude León Tolstoy.
Los cantos de ese país son ténues como suspiros de espíritus opresos.
notas vagas, modulaciones imprecisas, con toda la gamina de la re.
signación. Os arrobau, de fijo; pe ro os dejan una impresión rara, al.
go así como si oyeséis susurrar fresco airecillo en un cementerio. Sólo así es posible la autocracia!
Donde el siervo dobla la cerviz temiendo el chasquido del látigo, no Puede brillar el sol, ha de haber nieve, mucha nieve.
La de Rusia amilauó los ejércitos de Bonaparte.
El sol de España los venció.
El Espíritu de independencia no es planta de estufa. Necesita del beso contínuo del astro que impoRemitido La Chorrera Hace dos semanas, poco mas menos, se encuentra entre nosotros el señor Martín Ambulo notable pedagogo panameño, quien fué designado por la Secretaría de Instrucción Pública para desempe ñar el delicado cuanto honroso cargo de Inspector Provincial de Instrucción Pública con jurisdicción en los distritos de Chame, Capira, Arraiján y Chorrera, y con asiento de su oficina en la Cahecera del último de los citados.
Placenos informar a los lectores de este semanario, que las faces, bajo un punto de vista progresista, en la Instrucción Pública, han cambiado desde que reemplazó el señor Ambulo antecesor señor Llorent.
La reglamentación y orden que el señor Ambulo ha implantado en las escuelas de ambos sexos, para quitar el sueño a determinados niaestros, pues las reformas a que aludimos tienden a poner en tela de juicio la competencia de dichos señores y al levantar el espíritu de los más, en desarrollo del adelanto de los educandos bastante decaído ha mucho tiempo por la inercia y abandono a que los tevía sometidos el antecesor del nuevo Inspector.
Excitamos al Sr. Ambulo continúe su tarea emprendida en la confianza de que hará una labor meritoria en beneficio de este pueblo y de la Patria en general. CEDEÑO.
Panamá, Mayo 21 de 1917, a ¡Ya estaban cerca.
medio de escapar!
El zurriago. como trazando sig.
nos cabalísticos en el aire, movía se incesantemente, chasqueaba sin parar. Oh! donde todo era desolación, se olía de pronto carne para un festin.
Corre mas el hambre que el miedo. Ya estaban allí. iban a hacer presa, a devorarles a todos. Supremo trauce!
El hombre rápidamente se puso en pié.
Pálido el rostro y todo él cubier.
to de nieve, semejaba una estatua de piedra En uw arranque súbito, como poseído de un furor extraño, coje a uno de los hijos, le besa y, levántandolo en lo alto, tíralo cuan lejos puede.
La mujer pierde el sentido, los tres niños que quedan siguen soñolientos, acurrucados.
Las fieras devoran; las fauces ávidas han cogido en el aire y des.
trozado al pequeño ser, air el trineo corre, corre vertiginosanrente, vuelan casi los caballos. Imaginad el carro de la muertè conducido por un loco. todavía los lobos embisten. Ay! habiendo catado, ambicionan el placer de la hartura, No hubo, no, ración bastante.
Segundo ataque, y segundo arre bato. Otro hijo. Es un horror!
Por vueltas y revueltas del ca.
mino atisban los ojos alocados un punto de salvación. Al fin. el poblado está cersu ne el día, II Cruzaban el desierto camino seis persona en un trineo, Era toda 11. BIBLIOTECA NACIONAL ERNESTO CASTILLERO