VERBO ROJO ALBUM LITERARIO Oda al obrero y al trabajo Si en los extensos ámbitos Que encierra este planeta Oyóse del poeta El plectro resonar, con acentos plácidos, Sonantes, victoriosos, De genios portentosos La gloria proclamar; Esfuerzos del Obrero Todo en el mundo entero, Todo se transformó, Venciendo los obstáculos Que obstruían su camino, Siguiendo en su destino Que Dios le señaló!
Es ser del pensamiento Intérprete, motor, Es el obrero, enérgico Titán que sin receso, En pos va del progreso Con ínclito valor!
Si con inmenso júbilo Se ha oído de la Fama.
La eterna voz que aclama La ciencia y el valor. Por qué, Musas olímpicas, Eu hiniuos de victoria, No engrandecéis la gloria De un fiel trabajador?
Oh! si este pobre cántico, Fruto de amor sincero, La lumbre del obrero Pudiera revivir; La gloria de ese Cíclope De esfuerzos eternales, Qne obras monumentales Obsequia al porvenir. Acaso las pirámides, Fantasmas del desierto, No son un fruto cierto Del arte creador. Fueron la bella Itálica, La espléndida Palmira, De un numen que delira Quimérica labor. Oh no! que allí descúbrese La mano del Trabajo Que del olimpo extrajo El rayo destructor, que creando máquinas, Grandiosos edificios, Da inmensos beneficios Al mundo en su labor!
iCalíupe, musa espléndida, Tañed en este instante Vuestra arpa resonante Con un amor febrill. Pulsadla, hoy que en dulcísima Inspiración ardiente Abrásase vehemente Mi numen juvenil. El es cual imperterrito Soldado valeroso Que avav za presuroso su ventura fiel; que, al llegar al término De coronar su suerte, veces es la muerte Su único laurel. Qué indica este espectáculo Grandioso que contemplo, Como a ilusorio templo Creado en lo ideal. Acaso es un fantástico Ensueño de poeta, de mi musa inquieta Delirio celestial. El pensamiento es águila Que se alza en raudo vuelo Al fulgurante cielo De extensa idealidad, forma allá en poéticas límpidas regiones Edenes y mansiones De bella novedad. El es quien abre, rígido, La roca eterna y dura, allá en su entraña oscura Forma taller y hogar. El, quien trabaja impávido Ante el voraz abismo, aun en el fondo mismo Del turbulento mar. Oh! dirigid unánimes La vista hacia el pasado, Al medioeval estado, Generación de Adán!
Leed, de aquellas épocas Titánicas la historia, Traed a la memoria Sus hechos con afán!
Más ¿quién es el fotógrafo Que copia las grandiosas Ficciones vaporosas De un sueño angelical. Quién es el mago artífice Que con poder laudable Convierte lo impalpable En maravilla real. Aclámese con vítores Fervientes al obrero, ese imperecedero Del Arte defensor! él que avanza intrépido Por su escabrosa senda Doy esta humilde ofrenda Del más dilecto amor!
Entonces a los ínclitos Pues aquel sér mirífico Cuyo feliz intento Carlos Rodríguez BIBLIOTECA NACIONAL ERNESTO CASTILLERO