PAGINA 14 PANAMA ADELANTE SABADO, 16 DE SEPTIEMBRE EN MANOS DEL NIÑO RUSO, EL JUGUETE EL CUENTO SON FACTORES FACTORES EDUCATIVOS ruso en vez sus un El plan del Estado es su uso, siguen construyendo al guen con verdadero interés la seres irreales que se movían en crear una sociedad más huma gunos más, destinados a guar lectura, y en sus rostros expre la narración, y que a solas les tor na, en la que todos disfruten de darlos en stock para venderlos a san la emoción sentida: enton turaban el subconsciente. los lo útil, así como de lo agradable. los turistas y forasteros que vi ces la obra es reputada por bue niños hipersensibles les costaba en este proceso depurativo de sitan sus escuelas. El producto na y aceptada en las editoriales. un esfuerzo sobrehumano reaclo humano, útil y agradable, es de la venta se emplea en mejoY es que los literatos rusos que cionar sobre estas visiones fancomo va estructurándose la nue rar el material de la escuela y en se especializan en la literatura tásticas, que parecían tomar va sociedad rusa. Así, en el ni comprar aparatos científicos, que para niños no ignoran que para cuerpo de realidad en las habiño, pues lo primordial está en no se fabrican en Rusia y hay escribir libros de cuentos para taciones obscuras y en los lugadespertar y desarrollar en él un que adquirir en el Extranjero. De niños hay que hacerse niño. res solitarios.
sentimiento de humanidad, no este modo el niño ruso aprende Pensar en niño. Revivir la infanpor temor, sino por convenci a ser práctico, útil y económico. cia y preguntarse: Qué me inteEstos cuentos fomentaban el miento, haciendo que anide en él Los niños rusos, además de fa resaba a mí en aquella edad?
miedo y el temor, deprimían la una aspiarción a ser útil a os bricar sus juguetes, se solazan le Cuáles eran mis preocupacioinfancia, torciendo su sensibilidemás. Eso es fomentar en él un yendo libros de cuentos. Y, ai nes? para establecer contacdad, y convirtiendo al niño hábito de generosidad, de aver igual de los lectores mayores, to con el tiempo presente, pre sociable y cobarde; oprimían su un ser huraño, desconfía, insión hacia el egoísmo individual buscan en el libro algo que les guntan a los niños, y a su y de amor hacia la vida colec interesa, que esté de acuerdo con son preguntados por ell:as y asi y le hacían disimulado e hipóespíritu, mataban su optimismo tiva.
sus sentimientos y ideas, deducen las orientaciones que Los juguetes del niño ruso pues el campo de comprensión es en estado embrionario laten en crita.
no son juguetes de bazar, fabri limitado; a mayor extensión, el intelecto infantil, ya que el cados en serie por las fábricas más superficialidad en la mate pensamiento de los niños no esta para niños han alcanzado Hoy día, en Rusia, los cuentos alemanas. No! El niño ruso se a, y a mayor especialización, lo suficientemente desarrollado grado de depuración. Además los fabrica él mismo. Juega al mayor profundidad y dominio. para ue puedan expresar la idea del fin ético de la narración, exis hacerlos y se divierte al usarlos.
Los niños rusos, los pequenos de palabra.
te un fin sociológico. Plasmación Según la edad y aptitudes, el lectores de los libros de cuentos No ocurre lo mismo en nuesde la vida real. Cada cuento es de niño ruso, con los más sencillos para niños buscan eso también. tras latitudes, donde la imagina un jirón palpitante de vida elementos (papel, cartón, cajas pero instintivamente. No sabran ción del niño varia según su in resuelve o se sugiere un problede cerillas carretes de hilo. ons explicarlo de palabra; pero truye los juguetes más ingenuos darán a comprender por sus reac se mueve, y esto hace que duran ma. esta visión real de la exis, y primorosos: carritos locomoto ciones. En Rusia, para captar te un tiempo y van mentalmentencia, indudablemente, ras, vagones de ferrocarril.
Ya estas reacciones, los autores de te un tiempo vivan mentalmen nacer en la nueva generación de mayorcito, maneja pequeñas he cuentos para niños, antes de en antiguos cuentistas situaban la futuros creadores verdaderas air.
rramientas de carpintero: sierra tregar sus originales a las edito acción de sus cuentos en un mun sias de mejoramiento social la madera, pule los cantos, cep. riales dan una lectura colectiva do fantástico, donde los perso tro de la estructura de la Humar lla las rugosidades de la superfi ante sus verdaderos criticos: los najes eran hadas, gigantes, gno nidad. Esta labor realizada por cie, arma los trozos de madera y, niños Los maestros asisten a es mos, que vivían una vida irreai los autores de cuentos para niños sugetándolos con clavos, forma tas lecturas y siguen con verda muy agitada, con ribetes de rea en Rusia irá germinando poco a los juguetes más diversos: trac dera atención los gestos que St lidad. La narración terminaba poco en el seno de la infancia, tores, autos, aeroplanos. si en producen en los semblantes de siempre en moraleja. Estos cuen hasta hacerle concebir un ideal el niño hay el embrión de futuro escultor, talla la made por ellos de la calidad de la obra. vivo interés en el niño; pero, a ilustrada que se aproxime a un los pequeños oyentes, deduciendo tos despertaban y mantenían un de sociedad más comprensiva la ra de un modo ingenuo y labra si los niños se distraen, bostezalı pesar de dejar en su ánimo la si perfección. En Rusia toda la la figurillas un tanto primitivas, o se duermen, la obra es recna miente de la moral, eran nocivos, bor pedagógica parece estar en imitaciones del hombre y de los zada por mala. No ha interesa por lo engañoso del contenido, y caminada en este sentido: hacer animales.
do al sector de lectores a que iba porque creaban en el niño un la vida más humana, útil y agraCuando los niños han fabrica destinada. Que, por lo contrario, raro confusionismo, aportado por dable para todos.
do los juguetes necesarios para los niños ríen a carcajadas, si el contacto imaginativo con los Santiago Masferrer y Canto.
se Montevideo, sede de la próxima Conferencia Panamericana, que abre una incógnita en el futuro incierto de las relaciones entre América Latina y la América Sajona, y que, talvez, alimenta la ilusión de opíparos banquetes en la mente de muchos diplomáticos de profesión.
MONTEVIDEO BIBLIOTECA NACIONAL ERNESTO CASTILLERO