PAGINA EL SEMBRADOR Panamá, 21 de Enero de 1943 Si todos hicieran lo que Pascualito. 13 Dícese que Pascualito era un montuno que jamás había venido a esta ciudad, pero que con motivo de la Construcción del Tercer Juego de Exclusas en la Zona del Canal, Parcuali to fué uno de los tantos miles de obreros que emigraron de sus localidades na tales con el propósito de prestar sus servicios en tan magna obra, procurándose al mismo tiempo un mejor medio de vida.
Cuando Pascualito llegó a la Ciudad de Panamá, sin.
tió como si la sangre se hubiese paralizado en sus venas al contemplar la mages tuosidad de tantos y tan a.
piñados edificios; la pavi.
mentación y belleza de tan.
this e interminables calles; la contínua circulación de carros y el incesante deam bular de ese enjambre de peatones que pueblan sus calles.
Absorto en la contempla ción de este nuevo y hermoso panorama, que en su vi.
da jamás había soñado; tu.
un momento de lucidez al pensar que para conocer mejor la ciudad convendría disponer del tiempo necesa rio para ello.
Pascualito no se desani.
mó en su propósito, antes por el contrario, trabajó con más ahinco. Consiguió al gunas horas extras con su Capataz, que mucho lo es.
timala por su amor y consagración al trabajo. Al terminar su primer mes de la.
bores Pascualito habia ano rrado el dinero que le permitiría disponer de una semana para efectuar el recorido que deseaba.
Durante la semana de ins pección nuestro montunito tuvo lugar suficiente para conocer los Barrios de San Felipe, El Chorrillo, Santa Ana y Calidonia. Téngase presente que el Barrio de Calidonia incluye las seccio nes Guachapalí y San Mi.
guel. Al reanudar su trabajo en la Zona del Canal, no se advertía en el semblante de Pascualito aquela peculiar alegría de su primer mes de labores. Pascualito esta ba triste. Todos sus compa.
ñeros de trabajo así lo reconocían, más ninguno de ellos conocía el origen de tan repentino cambio.
Pascualito seguia triste y callado, día tras día. Su temperamento afable comen zó también a sufrir altera ciones. Hasta el constante ruído de las máquinas le causaba disgusto. Su salud comenzó a resentirse en tal forma, que el día menos pen sado sus amigos tuvieron cargar con él para el Hos pital Gorgas. Fué una tarde. aquella tarde en Pascualito dando gritos de.
sesperado, tenía todas las apariencias de un demente. Pobre Pascualito. fué la frase que, impregnada de sinceridad, brotó de los la.
bios de su samigos de trabajo.
Ya en el Hospital, uno de dau y sus amigos, su compañero no soy lacónico en esta na hospital tan grande como el de cuarto, se interesó por rración que enseguida paso Hospital Santo Tomás se que el examen le fuera prac a hacerte, con toda la fide. ve a diario en la penosa neticado a Pascualito el día lidad que el caso demanda, cesidad de rechazar a musiguiente. Mientras tanto, el a pesar de mi formal pro chos enfermos y esté el Repaciente fué recluído en la mesa de no contárselo a na tiro de Matías Hernásdez Sala para Obreros Latino. die; pero cuando hice esta lleno de dementes.
del Hospitar promesa no había pensado Pero esto no es todo, aGorgas.
en tí, en el interés que pu.
migu mío; hay algo más Antes de abandonar a su dieras tener en esta infor.
que aumenta día tras día amigo, Jusé, que así si lla mación. Veamos: Cuando ese torrente inagotable de maba el compañero de cuar yo no había salido de mi alenfermos. Me refiero al lu to de Pascualito, se acercó dea, cuyas viviendas son egar en donde está ubicado a éste y le dijo: Compañero, ternamente refrescadas y pu el PREVENTORIO NACIOya el Doctor te examinó rificadas por las brisas mon NAL. recuerdese que preen forma que no dejara qué tañeses, adquirí la costum.
venir significa entre otras desear, si no fuera. Si tre de ir a visitar con mu cosas: evitar, impedir, peno fuera por qué. interrum cha frecuencia a mis veciro jamás propagar. el cual pió Pascualito, si no fuera iOS a su regreso de esta lugar, según opinión, no es porque se me considera loco Capital, para oírlos hablar el adecuado para un establepor la sencilla razón de ha. acerca de sus gigantescos e.
cimiento de esa clase. Tú berse equivocado el Doctor dificios, de sus bellos alma.
has de saber José, que al X, quien diagnostica posi. cenes, calles y avenidas, par Preventorio están llegando ble locura en un caso que, ques y cines jardines de diariamente infinidad de per como el mío, se ha origina. cervezas y carreras de ca sonas que desgraciadamendo en la pérdida de mis fa. rallos, de sus hospitales y te padecen enfermedades cultades sino en el desastro PREVENTORIOS tan gran contagiosas y que a muchas so estado en que han queda des como bien situados. Al de ellas, al llegar antes de do mis nervios desde la seescuchar estas narraciones que esté abierto dicho estamana aquella en que me de me sentía algo así como blecimiento, poco les impor diqué a conocer toda la ciu transportado a un mundo ta infestar sus alrededores dad y me enteré de ciertas de felicidad que yo no pue cil sus esputos; lo que con.
cosas cuya existencia no se do describir. Comenzó a a.
tituye un gravísimo peligro justifica según mi libre cpi guijcnearme el más vivo de ara la salud pública en tonión. Creo que si todas las seo de conocer a esta ciudo tiempo, porque si es vedemás personas que impávi.
no desmayé en mi raro, la brisa se encarga das contemplan esos bo propósito hasta ver coronade esparcir los microbios chornosos cuadros hubiesen esa gsan aspiración de mi y si es invierno, las aguas sentido esa desagradable sen vida. Aquí me tienes amigo corren por las calles van sación que desde entonces José, antes triste que regoci esparciéndolos; y lo que es vengo yo sintiendo, ésta que jado al conocer Panamá, la peor aún, el peligro que a primer vista parece be ciudad alegre y confiada constituyen esos manantia.
lla e higiénica ciudad no como dijera uno de nuestros les de microbios para la chi.
Ise hallaría en estịado tan más destacados políticos.
quillada inocente cuyos palamentable como el que ob. Si, José, estoy triste moy dres permiten que se revuel servé en mi recorrido, ni triste, porque jamás pensé que en esas aguas cuando yo me encontraría recluído que seres hdmanos pudieran ilueve.
en este Hospital como pre vivir como esas miles de sunto demente.
Soy montuno, José, lo remiles de personas que haPascualito hablaba en for conozco; ignorante también, bitan en El Chorrillo, en así es la verdad, pero ten.
ma terminante, pero a pe Guachapalí, en Calidona, en sar de todo su amigo Jogo para mí la creencia de San Miguel y otros lugarsi.
sé permanecía inmóvil, sin que todo cuanto se diga de tos que yo, siendo montunuestro interior y de su fal comprender los motivos que no, solamente puedo compa.
tenía su amigo para produta de higiene, no es ni la rar con los chiqueros donde simbra de lo mucho que socirse así.
criamos los chanchos en bye este mismo tema pue Queriendo acabar con es. nuestros campos.
Al con.
de decirse acerca de las con te estado de cosas que tan. templar esta lamentable rea diciones de esta to le intrigaba, José pidiólidad, he podido comprender ciudad. Considero más salu a su amigo que le hiciera la razón por la cual un (Pasa a la Pág. 7)
conocer el origen de su enfermedad. Durante todo el tiempo transcurrido, fué ese el primer momento en que Pascualito se veía forzado a hacer tal narración. Se tra taba de un amigo que en momento oportuno le rendía culto a la amistad, sin tener en cuenta la pérdida que Se atiende la clientela con esmerada pronsignificaría para él las ho.
ras dejadas de trabajar.
titud y se sirve toda clase de licores nacioPerdona, amigo José, si nales y extranjeros. Venga a vernos y quedará complacido.
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