Panamá, Lunes de Noviembre de 1947 EL OBRERO Página PAGINA LIT R R A PATRIA Las Rosas DONDE VAS VANIDAD Oh Patria tan pequeña, tendida sobre un istmo (Parábola)
Por América FERNANDEZ donde es más claro el cielo y es más brillante el sol, en mi resuena toda tu música, lo mismo Era una vez un hombre que el mar en la pequeña celda del caracol!
que había cogido en su jarEstá allí sobre la piancha fria dín un ramo de rosas.
el cuerpo de otrora perfumado Revuelvo la mirada y a veces siento espanto Unas eran blancas, otras tierna caricia sintiera sobre sí, cuando no vzeo el camino que a ti me ha de tornar.
rojas, otras amarillas.
y que ahora cruelmente desgarrado Quizá nunca supiera que te quería tanto como eran tan bellas, el quedará por cortante bisturí, si el Hado no dispone que atravesara el mar. hobre emprendió un viaje en todo dispuesto está, más triste busca del Maestro, para de queda EL SABIO que en la ciencia jar el ramo a sus pies.
La Patria es el recuerdo. Pedazos de la vida indaga, qué microbio con la existencia envueltos en jirones de amor o de dolor, Llevaba ya recorrida bue acaba y con ella el amor también ya la palma rumorosa, la música sabida, na parte del camino cuando ciega.
encontró a un niño abandoel huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.
nado que lloraba desesperaUna constante preocupación le ahonda, damente.
y un gran pesar en el mirar refleja, La Patria son los viejos senderos Entonces se sentó a su la al contemplar la cabellera blonda que el pié, desde la infancia, sin tregua recorrió, do, procurando consolarle. que al placer mundano para siempre deja, en donde son los árboles antiguos conocidos cuando le vió más sereno con y se pregunta con mirar sombrío si esa que al alma le conversan de un tiempo que pasó.
tinuó de nuevo la ruta deján dole una de las rosas del raboca que ayer fuera esperanza del amor, es allí, rígida y fría siquiera del ayer En vez de estas soberbias torres con áurea flecha, mo que llevaba para el Maestro.
una semblanza.
en donde un sol cansado se viene a desmayar, dejadme el viejo tronco donde escribí una fecha, Un poco más lejos halló si los ojos que dormir parecen hoy, junto al camino una viuda donde he robado un beso, donde aprendi a soñar.
que estaba sumida en honda en la plancha deformados, son los que aflicción. se detuvo y le ayer dicha brindasen en su tierno mirar Oh, mis vetustas torres, queridas y lejanas, dió de su sabiduría, y para al bien amado.
yo siento las nostalgias de vuestro repicar!
que aliviase su quebranto le He visto muchas torres mías lejanas!
ofreción otra rosa de las más Y, cual si una voz le respondiera He visto muchas torres, oí muchas campanas, bellas que arrancara para ponerlas a las plantas del con certidumbre de conocer el mundo, pero ninguna supo, torres más lejanas!
Maestro.
con acento veraz, sabio y profundo cantar como vosotras, cantar y sollozar.
Más adelante se cruzó en interpreta la voz que fiel dijera: la senda con una joven, y era Clara verdad, lo que la muerte encierra, La Patria es el recuerdo. Pedazos de la vida tan hermosa, que al mirarla, es un paso fugaz de nuestra vida la riqueza, envueltos en jirones de amor o de dolor, sintió que su corazón ardía oropel y luz y fantasía, transformados después la palma rumorosa, la música sabida, en amor. olvidanda lo que en negra tierra el huerto ya sin flores, sin hojas, sin verdor.
iba a buscar, en su admiración, dió a la joven una rosa Oh, ternuras, Amores. simpatías Oh Patria tan pequeña que cabes toda entera la mejor de todas, que tenía con que al mortal embelesas y subyugas, debajo de la sombra de nuestro pabellón: en sus pétalos perlas de rocío y que había juzgado digsi sólo sois, lo que a la muerte plugo, quizás fuiste tan chica para que yo pudiera no presente para su Maes por qué después despedazarse el nombre llevarte por doquiera dentro del corazón.
tro.
y combatir por la riqueza insana, Un poco más allá enconobscureciendo su vida, honor y nombre tró a una muchacha que hasi bajará a la tierra al fin mañana? mi patria.
blaba y cantaba. La niña era tierra es siempre la de todos los caminos, tan linda y alegre, que se en la remueve en faena el campesino para en ella Patria de mis penas y mis alegrías, tretuvo con ella largo tiempo forjar de nuevo vidas, y en élla también, lulce inspiradora del más noble anhelo.
y en pago del placer que le se acaban los destinos.
Hoy que es el más grande de tus fastos días, habían proporcionado sus a ofrendarte vengo las estrofas mías, danzas y canciones le arrojó una rosa de las que estaban así el SABIO su diálogo termina puras, como el bello fulgor de tu cielo.
destinadas para el Maestro.
poniendo el cadáver en la caja, Hoy que en nuestros pechos hay palpitaciones en donde será ya al fin la mortaja de inefable dicha porque estás de fiesta; Luego, cuando había andado buen trecho del camino quién al Ser, su fin ya determina.
hoy que conmemoras, con demostraciones vió a un hombre que le insulde júbilo, el logro de tus ambiciones, tó y le ultrajó sin motivo. deja que te diga mi canción modesta.
el, piadoso, le dió una de sus GRATIA PLENA Eres campo en donde, con celo y cuidado, rosas, y el odio del que le agerminar pudieran todas las virtudes; tacaba se aplacó a la vista de la flor que hubiera debi Todo en ella encantaba, todo en ella atraía: galardón de América; sitio codiciado; do caer a los pies del Maes su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar.
templo en donde aspira nuestro pueblo honrado tro.
al culto de todas las excelsitudes.
El ingenio de Francia de su boca fluía.
Eres puente mágico; jardín prodigioso; así, en el transcurso del Era llena de gracia. como el Avemaría; Meca del viajero; Tierra Prometida, día fué repartiendo rosas a quien la vió no la pudo ya jamás olvidar!
los pobres y a los afligidos, donde encuentra amparo, sustento y reposo a los alegres y a los malos. Ingenua como el agua, diáfana como el día, todo peregrino; suelo generoso cuando llegó la noche y rubia y nevada como margarita sin par; que al supremo halago de Paz convida.
se vió ante el Maestro, no al influjo de su alma celeste amanecía.
Dios, como legado, sus más ricos dones se atrevió a levantar los ojos Era llena de gracia, como el Avemaría; te brindó con creces al formar el mundo.
avergonzado al ver que ya no le quedaba ni una rosa pa quien la vió no la pudo ya jamás olvidar!
Tú, para ser digna de sus bendiciones, ra poner a sus pies.
Cierta dulce y amable dignidad la investía por el bien de todas las generaciones en medio de su humillade no sé qué prestigio lejano y singular.
dejaste que abrieran tu seno fecundo.
ción, oyó la voz del Maestro Más que muchas princesas, princesa parecía.
Es por esa herencia de sin par valía que decía: por lo que debeiras, con tesón creciente, Era llena de gracia, como el Avemaría; procurar que llegue sin tardanza el día Muy queridas me son las quien la vió no la pudo ya jamás olvidar!
en que se realice la gran profecía rosas que me diste, hijo mío. entonces el hombre se Yo gocé el privilegio de encontrarla en mi vía del caudillo magno de este Continente.
atrevió a levantar su inci dolorosa; por ella tuvo fin mi anhelar, habrá de cumplirse tan hermoso sueño!
nada frente. vió con admi y cadencias arcanas halló mi poesía.
Mas es necesario que todos tus hijos ración, que todas las rosas Era llena de gracia, como el Avemaría; por tu gloria luchen con tenaz empeño.
que él había repartido esta¡quien la vió no la pudo ya jamás olvidar!
Que no haya en el Istmo ningún panameño ban sobre el corazón del Maestro.
cuyos pensamientos no estén en tí fijos. Cuánto, cuánto la quise! Por diez años fue mia.
Lindley Hubbell.
Patria de mis goces y melancolías. Pero flores tan bellas nunca pueden durar!
dulce inspiradora del más noble anhelo: Era llena de gracia, como el Avemaría; Mientras vibra el eco de tus alegrías y a la fuente de gracia, de donde procedía, Anuncie en dejo en tus altares las estrofas mías, se volvió. como gota que se vuelve a la mar!
puras como el bello fulgor de tu cielo. EL OBRERO AMADO NERVO José Guillermo BATALLA. MEJICANO)
OFRENDA BIBLIOTECA NACIONAL ERNESTO CASTILLERO