Panamá, de Junio de 1945 EL OBRERO Página Tres INFORMACION OBRERA LOCAL El Obrerismo, aunque está dividido en muchas ramas, según la clase de trabajo o especialización que adoptan los obreros, el obrecismo es uno en esencia. Todos sus componentes a la par que trabajan por Sle mejoramiento individual, están obligados a velar con sumo interés por sus herma1X05 de clase, en la cruenta lucha del trabajo. Más que para nadie, se inventó para los trabajadores, esta frase edificante: uno para todos y todos para uno. Si los obreros siguen ese bíblico consejo, sus problemas, sus preocupaciones serán tan pocos e insignificantes que se resolverán por si mismos. Todo lo demás vendrá por añadidura. Aunque csto es sabido y el mundo entero lo comprende, sugerimos, cue todos los obreros sin distinguir clasificación de trabajo, cooperen con nosotros dánconos informaciones obrerasya sean favorables o contrarias a los intereses del proletariado.
Cada acto incorrecto que divuigamos, tendrá su recompensa aun cuando no resalte a la vista de una manera ostentosa Esta es una verdad de fácil demostración. Supongamos que hay un sujeto que vive del engaño, que ejecuta toda clase de pillerias, éste nunca se sentirá avergonzado ante sí mismo de sus fechorias porque ellas para él constituyen un negocio y un delcite; pero, si sus atracos con denunciados al público, de seguro que se avergonzará. Hay casos en que esto no sucede, son la excepción de la regla; Pero, en cambio, si no se averguenzan, cosechan el desprecio de la ciudadanía.
Obreros: denuriciad en nuestra oficina, todas las irreg ilaildades, todas las injusc cias de que seáis objeto por paite de los explotadores.
Contribuyendo a vuestra defensa contribuis a la defensa o todos.
VIBRACIONES DEL AIRE El titulo de esta información io ileva como nombre el cariscico hablado de Nacho Valcés, que diariamente ofrece a sü numeroso público (ru 10 Escuchas. las noticias más interesantes del momento con los más interesantes comenta.
rios.
De su edición radiada el de los corrientes, recogemos la siguiente información. Hemos tenido el gusto de recibir el último ejemplar del periódico EL OBRERO. órgano oficial de la Asociación de Cantineros, Saloneros y Simi.
lares de la República de Pana.
ma. Siempre leemos con interés y sumo agrado este periódico. Por su sinceridad, por su valentia. Un grupo de obreros que dicen su verdad rispida mente, sin temores; que hacen el elogio cuando es merecid. sin zalemas indignas. Un periodiquito humilde que ellos mismos distribuyen con una sonrisa, la sonrisa de la satisfacción del que lleva la verdad en la mano, y la divulga valientemente. Algún dia tendremos ocasión de referirnos más extensamente a la labor cívica y digna de imitarse, de estos muchachos.
No son las palabras anteriores las que nos mueve a decir, que Nacho. dentro de nuestro gremio goza. de una simpatía genral y que nuestro aprecio por él, se debe, a que siempre ha demostrado ser amigo de las causas justas.
REFRESQUERIA YPSILANTI Fuimos informados que en la 1efresquería y fonda del señor Ypsilanti, situada en Calle y 17 Oeste, las cosas no marchaban bien pa los obreros, por lo que nos dirigimos a dicho establecimiento a fin de obtener informes directos, y llegamos a establecer lo Siguiente: que los empleados reciben día de descanso semaral; unos dos casos de pago dc vacaciones; cuando los empleados trabajan el día de descanso se lo pagan; y el térmi910 del contrato es por década.
Después de manifestarle niestra buena impresión, porque os informaron todo lo contrario, le dijimos al Administrador, sin rodeos, que hallabamos culpable ese comercio de dos injusticias. La primera: que los empleados que faltan uno o más dias, por enfermedad, no reciben su salario completo; que eso era una injusticia, pues la ley concede al empleado derecho a recibir hasta quince días de sueldo, en el año, por motivo de enfermedad. la empleada Virgilia Gallardo le descontaron el salario de cuatro días por esa causa. Los empleados no son máquinas, señor Ypsilanti, e3tán expuestos a enfermarse por millares de causas. La ley fija un límite ara esos casos en proporción mínima El patrón debe de cumplir con ellos e ir anotando las faltas del cbrero hasta satisfacer el beneficio de los 15 días de enfermedad. partir de esa cantidad de tiempo, termina su 0b igación. Está bien que el patrón exija a su empleado cer tificado médico, cuando la falta por enfermedad llega o se excede a una semana; pero, en los casos de uno o dos días resulta una injusticia pedirle certificado medico al empleado que gana ochenta centésimos diarios que es la que paga el señor Ypsilanti a sus empleadas. El valor de un certificado es de dos balboas. Si la Galiardo hubiera solicitado certificado médico, se hubiera perjudicado dos veces más que ei beneficio reportado. Los explotadores están acostumbrados a violentar la ley y cua.
co la casualidad les da una.
ventaja insignificante, como la del certificado médico, la esgrimen como un derecho mo numental y no hay quien los pueda convencer que abordan el ridiculo, que son muy egoistas.
Señores Inspectores de la 0ficina del Trabajo, pasen por el establecimiento del sen: Ppsilanti, a decirle que está en la obligación de reconocer a sus empleados el sueldo co rrespondiente a quince días por motivo de enfermedad. El señor Ypsilanti está empederrido en este abuso, con seguridad lleva muchos años prac ticándolo.
La segunda injusticia que criticamos al comerciante alucido, es: el pago de ochenta centésimos diario. Este salaris no estaba bueno ni para los años antes de la guerra. Hoy cia es una barbaridad pagar un obrero ese salario. En Panamá está reconocido como una costumbre muy vieja, pagar un balboa salarin minimo, el señor Ypsilanti no tiene esclavos, debe pagarles el salario minimo. En estos tiempos, es corriente pagar a una sirvienta treinta y más balbias, comida y casa. Hay micha diferencia entre un empieado doméstico y un empleado de comercio; en el primer caso, el patrón paga un servicio indispensable; en el segundo, el patrón se hace rico explotando a sus obreros.
El artículo de la ley obrera vigente, faculta a la autoridad para resolver las cuestiones no previstas en ella, que podrán decidirse de aruerdo los de cada loca lidad, es decir, de acuerdo con la costumbre. El Jefe de la 0ficina General del Trabajo puede normalizar los salarios menores de un balboa aplisando la disposición citada sin que pueda haber comerciante capaz de protestar. Además.
tendría el respaldo la ciudadanía y el asentimiento de sus jefes jerárquicos. Una campaña, asi, gozará de generales simpatias.
COMENTARIOS POR HACER Próximamente diremos muchas cosas en relación con ciertas actividades de los dueños del HOTEL PARADO, en calle 17 Este y Calle io mismo que de los propietarios del CAFE PEPSICOLA, frente al parque de Lesseps. Los dueños de estos establecimientos son ciudadanos griegos. Según Se comenta por la calle, ya están ricos, pero en vez de disniinuir su afán por el dinero, aumenta con delirio, y es fácil suponer cuál es la víctima mes cercana, INJUSTIFICADA TARDANZA El Carlos López secretario de la sociedad Cooperativa de Automedontes de Panama, hace más de seis meses (Pasa a la página 4)
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