PAGINA BOMBOS PALOS Panamá, Julio 28 de 1928.
Album de Bombos y Palos MUSA ROJA SUERTE DE POBRE Ofrecemos hoy algo de la vendimia poética de un poeta socialista ecuato Contínuo rumor de truenos desconcertado la tormenta.
riano, don Jorge Carrera Andrade, quien o tenta la representación del Partido sentíase por el oeste sombrío y Sobre el techo de zinc del ranSocialista Ecuatoriano al Gran Congreso Internacional de Moscú, que se amenazador, donde las nubes cho, la pedrea producía un ruido reunirá en el próximo mes de agosto y a quien la prensa de Guayaquil, blanquizcas sobresalían de en infernal que apagaba los gritos que hemos ojeado, dedica sendus elogios con motivo de una Conferencia su tre los nubarrones negros. Rá desesperados que daban los niños ya sobre la revolución rusa.
fagas de viento fresco agitaban abrazados, en la cama, a su maCarrera Andrade pertenece por sus ideas, a esa generación literaria los árboles de la vecindad. Os dre, que aun fingia serenidad, de América que guarda proporción entre sus producciones y el movimiento curecía lo mismo que al hacerse temía por la inminencia de un de vanguardia de la humanidad y que se abre paso fundando una nueva la noche.
posible cataclismo que diera fin escuela poética, que busca motivos sociales y tiende a la defensa de los Antonio Crispi, en mangas de a sus vidas.
ideales más puros dentro de la sociedad humana.
Hemos visto que se le camisa y de pies en la puerta De vez en cuando alguna pieprodigan elogios a su poema La muerte de Lenin que de por si se reco de su pequeña quinta de verdu dra, al despedazarse en el marco mienda como asunto de gran valor y al presentarlo en estas cortas líneas ras, contemplaba la tormenta de la puerta, castigaba el rogtenemos el placer de publicar dos de sus composiciones radicales: su Can que iba formándose.
tro de Crispi, a riesgo de herirto. Rusia y El Kremlim de los Zares. ambas de concepción revolucio Pasó una jardinera tirada por lo, pero él permanecía insensible, naria y maravillosos detalles de orfebrería, que el lector sabrá apreciar un caballo negro. Viejo colono con el pensamiento puesto en us con deleite.
de aludo sombrero y un mucha cuadros de verduras que el gracho con gorra iban en ella, incli nizo trituraba sobre la tierra CANTO RUSIA nados contra el asiento cual si blanda.
llevaran sobre sus espaldas el La noche de la estepa desgarra un alarido peso de la tormenta.
Raleó el granizo. Una lluvia y en Petrogrado cae un meteoro encendido; Crispi ios miró alejarse por la fina le iba reemplazando, alarido que paren los vientres de las madres, calle desierta, bordeada por dos Crispi, haciendo caso omiso alarido que sudan las frentes de los padres, hileras pintorescas de manza de las preguntas que le hacía su grito de los harapos, sollozo del pan duro, nilla en flor, profusamente creci compañera, salió de su rancho.
perro que muerde su hambre en el cubil oscuro!
da sobre las zanjas de desague. Sus cuadros de verduras haUn cuzco ladraba con voz aflau bían desaparecido. Un fangal Una mano, curvada cual garra de felino, tada, alarmado por el rumor de cubierto a trechos por blancos pesa sobre los hombres del viejo campesino los truenos, que hacían suspen montones de granizo, del que 80y le unce al arado, le hace besar la tierra.
der eu adormecedora sinfonía a bresalían algunos tallos, quedaLos ídolos de oro se declaran en guerra los grillos y sapos de log alrede ba en su lugar.
contra los parias, contra los ex hombres, los siervos, dores. Una gallina seguida de Sin darse cuenta que la llo carne de fosa anónima, festín para los cuervos! numerosos polluelos abandonaba vizna calaba sus ropas, marché cloqueando el cicutal del terre otra vez a la puerta de calle, busLos dioses tienen sed. En la aldea perdida, no baldío de enfrente. El moli cando tal vez el espectáculo de Pan con su flauta tiene que ganarse la vida no a viento de la casa quinta de un desastre general, el inconsy soportar los palos de su amo. El siglo XX la e quina, al forzarse para gi ciente consuelo de su desgracia.
es como un campo que habla por boca del torrente rar su rueda trabada, daba so Los árboles de los alrededores y marcha con los pies de la locomotora, noros chirridos.
daban el aspecto de la repentina campo donde se mira cruzar hacia la aurora, Gotas de agua punzaron el ros llegada de un trágico invierno.
bajo el látigo de oro, un gran rebaño de hombres. tro y los brazos de Crispi. HuMontones de piedras se veían biera éste, querido quedarse en a lo largo de la calle a la que con Bakunín, no te asombres la puerta de calle, aunque la llu yergían terrenos baldíos, invadisi no hay vino, ni pan, ni llama hospitalaria via le hiciera sopa, como vulgar dos por la biznaga y el abrojo.
que alimenten la vida fatigada del paria, mente decimos. En su rancho, Crispi, apoyándose contra la hermano de las bestias domésticas, hermano situado al fondo de sus cuadros puerta, haciendo esfuerzos para del buey por la humildad, del asnillo cristiano de verdura estaba su compañera no entregarse a la desesperación, El Mundo, como el fruto de un gran árbol sonoro, con sus hijitos. La pobre mujer recordó que en el rancho, debajo ha empezado a podrirse por el gusano de oro! había lavado, planchado, hecho de su cama, quedaban una bolsa Jorge CARRERA ANDRADE.
costura durante varias horas de papas y otra de porotos.
consecutivas, cayendo rendida Comida para 20 días, se di0 en la cama sin ánimos de realijc éi, para sí.
EL KREMLIM DE LOS ZARES zar, como de costumbre, su al. jeito un rato que le reetaba muerzo, Una que otra piedra hacer El Kremlim! Vieja perla fabulosa. de granizo comenzó a caer. A! No halló olra solución que carEntre el silencio de los alabastros rati desprendía: e la granizado, gar, al día siguiente, la linghe es una viva estrella luminosa, Crispi huyó a su covacha. ra al hombro, y salir como los caída del concierto de los astros.
Lal pieciras, del tamaño de miserables que no tienen nunca huevos de gallina, en furioso cha asegurado el pan, en busca de Campanas del Kremlim! Viejas palomas parrón, hacían retumbar el suc trabajo, en busca de quien alque con alas de bronce abren las fiestas.
lo.
quilara sus brazos por una miVasos de mirra cil que arden los aromas, Crispi, sentándose rca a la sera paga.
surtidor de cristal de las orquestas.
puerta del rancho, presenciaba Emilio Pirovano.
Carrozas de la turba cortesana que acude a la velada de la Corte.
Pajes vestidos de oro, escolta ufana de los príncipes bárbaros del Norte.
Oculta habitación donde derrama el candelabro su encendido lloro.
Vinos que queman com oviva llama desde la entraña de la copa de oro!
Zar Nicolás II, ten cuidado!
Mientras la llama del placer tremola, contra los muros del Kremlim dorado la Ira popular revienta en ola!
Jorge CARRERA ANDRADE.
Temblor de la sur colgadura, balbuceo de amor, manos traviesas.
Espía el ojo de la cerradura como muestran los senos sus dos fresas.
Banquete donde su licor escancia la alegría, cordial como una lumbre.
Pecado capital de la abundancia ante los ojos de la muchedumbre!
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