no tradicional de salud delicada en un muchacho. sino que deseaba realmente que yo lo acompañara. Con sentimientos en que se mezclaban la duda y la admiración, consenti al cabo en la vi.
sita.
Permítaseme aquí una ligera digre.
sión, especificando que yo no poseo autoridad alguna para discutir teorías de educación. Soy francamente igno.
rante. Lo único que me alienta para escribir este artículo es la circunstancia de que la mayor parte del público que sostiene nuestras escuelas cole.
gios y envía allí a sus hijos, parece encontrarse en igual condición. esto se aplica, no sólo a la gente que no piensa, sino también a quienes han pensado muchísimo. decir verdad, parece casi que mientras más hubieran meditado el punto, más perplejos se encontraran acerca del gran problema de la educación actual en las escuelas y del rumbo que la educación debería seguir. Sabemos menos respecto de educación que de cualquier otro de los grandes ramos de la experiencia hu.
355 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.