pobre diablo cubierto de barapos manchados de hollín y de aceite, al frotar y al ensebar el hierro, os prepara emociones artísticas: él es un artista, pues, a su manera; pensabais que lo que hacía era pura mecánica, y había sido casi estética. No separemos, pues, agregaba. el artista del sabio, ni la literatura de la ciencia, puesto que lo bello no existe separado de lo verdadero, y no es sino uno de sus aspectos. La verdad entendida, hé aquí la ciencia; la verdad sentida, hé aquí la poesía y el arte. La literatura que merece tal nombre, es la expresión genuina bajo formas muy variadas, de este atractivo que el espectáculo del mundo físico y del mundo moral ejer.
ce sobre el alma sensible del hombre; y ¿no será cierto que el sentimiento de be ser tanto más profundo y tanto más recto, cuanto más lúcida sea la inteligencia de aquello cuyo calor vivificante se siente? Sentir enérgica.
mente, y para ello entender claramen te, hé ahí toda la retórica.
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