n terio científico en la apreciación de los fenómenos, así físicos como morales. Porque, por una ironía de las cosas, la escuela, el colegio y la universidad que deberían ser nos «educadores» de la mente juvenil, a la que deberían mantener en ese estado salu.
dable de duda que define la actitud del sabio ante cualquier fenómeno, son centros de una enseñanza impar.
tida, y por lo tanto robustecedora de la autoridad como fuente del conocimiento. Para limpiarse de este futuro pecado, los centros de «enseñanza.
deben alterar profundamente su actividad y sus métodos, convirtiéndose en focos de organización de la experiencia del educando.
La escuela y el colegio no podrán escapar, pues, a la necesidad de convertirse en los centros de la organización de la experiencia humana, si no quieren seguir siendo el reducto del dogmatismo y del empirismo ciego.
El lector atento comprenderá ya claramente que la escuela es el principal obstáculo para que el común de las personas adquieran esa actividad mental que debería ser la característica 305 Este documento propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.