arterias, mal funcionamiento del hígado, atrofia de los riñones; alguna panacea que oculte en vez de reforzar el punto débil de la armadura humana. Dios bendiga sus esfuerzos! Pero, si os limi: táis a la aplicación de estas panaceas y no hacéis algo más, destruiréis la misma raza que habréis salvado. La raza que salve su vida necesita perder vida; quiero decir, necesita eliminar a sus miembros incapaces en vez de prepararlos para la reproducción. Si una raza desciende lo necesario, se encontrará en la cúspide; es decir, sus sobrevivientes serán los biológicamente idóneos. Las enfermedades extremas depuran la raza porque matan al débil y al vicioso. Dejan que el fuerte, el robusto, el virtuoso, trasmitan la antorcha de la herencia a sus descendientes por nacer. Vuestra intención es buena, pero la naturaleza trastornará al cabo los resultados.
VI La quinta advertencia de la biolo.
gía es que la moral, la educación, el arte y la religión no adelantarán en 246 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.