bles cuanto inadecuados sistemas para mejorar las condiciones de yida han fracasado y fracasarán en el sentido del perfeccionamiento de la raza, y están, por el contrario, apresurando su degeneración.
Imagináis erradamente que es po.
sible precipitar una evolución al agua de rosas para el inepto; mas la natu.
raleza ha progresado dejando que el diablo se entienda con los rezagados.
Vuestro método es aumentar el número de los rezagados. La naturaleza destruye a los ineptos, pero vosotros arrojáis simplemente más ineptos a sus ávidas fauces. Vuestra misma clemencia no hace sino acrecentar la brutalidad de la naturaleza. El cielo de los ineptos sería el infierno biológico para los idóneos.
Se dice que Daniel Webster, cuando se le presentaba una cuenta, firmaba un pagaré, lanzando esta deleitosa exclamación. Bien; a Dios gracias, hemos pagado esta cuenta. Vosotros estáis tratando de pagar vuestras cuentas atrasadas a la evolución por medio de pagarés. Creéis que así «se pone en vigencia la regla de oro. Esta 243 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica