vocar choque, adoptar una política de inacción y «ante todo seguridad. El gran público, preocupado como se halla con la lucha por la existencia, no se apercibe del conflicto entre los intereses comprometidos y su riesgo en el asunto. es así que a menudo descuida apoyar al servidor público que lucha por su interés. El resultado general es que el gobierno tiende a ser movido por los deseos de clase y por los procesos subrepticios, indirectos e ilegales que acabamos de mencionar, más bien que por la maquinaria creada por la ley para la transmutación de los deseos políticos en acción política.
Cada división de la clase acauda.
lada se opone enérgicamente a la regulación de sus asuntos, pero aboga fuertemente por la intervención gubernativa en los asuntos de las otras divisiones.
Además de las divisiones de clases, hay también facciones y antagonismos religiosos y étnicos que cruzan nuestra vida política. Grandes organizaciones piden que los católicos sean excluidos de los cargos públicos y hacen su demanda más o menos efectiva por pre.
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