Sin embargo, se admite que tales reglas son apenas esfuerzos y ensayos parciales dirigidos a dar forma definida a las exigencias de la equidad y la justicia. En este respecto el derecho internacional puede compararse con la ciencia. Así como el hombre de cien.
cia se esfuerza de continuo en descubrir y enunciar la verdad, así también el jurista y hombre de Estado que realmente lo es se ocupa sin cesar en formular las demandas de la justicia.
En uno y otro caso la fórmula a que se llegue puede ser palpablemente incompleta; pero la justicia, como la verdad, no es una mera creación del espíritu: es objeto de investigación y de descubrimiento, y todo lo que de ella se descubra y en que se convenga como perteneciente a ella es obligatorio, aun cuando nuestros conocimien.
tos sean en tal respecto incompletos.
Es, pues, un abuso de palabras decir que el derecho internacional «está destruido» o «no existe. únicamente porque a viola. El derecho internacional no puede ser destruido nunca; continuará haciéndose sentir, y, así como la necesidad del orden veces se 187 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.