nos reflexivos han pensado mucho acerca de los principios que deben adoptarse cuando, ya sea en el curso natural del progreso, ya en períodos críticos de reorganización, se presente la opor.
tunidad de mejorar las cosas.
Mas, al emprender este estudio, vemos desde luego frente a la cuestión de hasta dónde pueden el pensamiento y los propósitos del hombre afectar problemas tan vastos como la organización social, política e internacional. juzgar por el pasado, nos inclinaríamos quizá a concluir que por regla general las meras teorías influyen muy poco en la acción colectiva de la humanidad, y que dicha acción obedece casi universalmente a los instintos ciegos y a los apetitos irresisti.
bles del hombre, más bien que a la razón; de donde se seguiría que es vano aguardar que nada de magnitud nacional suceda tan sólo porque es razonable, o que los asuntos internacionales dejen de ser tan desprovistos de razón como lo han sido hasta hoy.
Si no hubiese cambio alguno en las unidades humanas que constituyen la población de las llamadas naciones 170 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.