normal al descendiente, pero sólo mientras dura la influencia perturbadora que ha motivado la desviación. Tal influencia es generalmente la de un envenenamiento de las células sexuales, que se desarrollan en un medio anor.
mal. Por esto se parecen tanto las degeneraciones «heredadas» y las degeneraciones precoces, adquiridas en los primeros meses años de vida.
El alcoholismo de un niño, por ejemplo, provoca vicios de desarrollo análogos a los debidos al alcoholismo de los padres.
Es vano todo intento únicamente encaminado a imposibilitar el mal: lo importante y eficaz es la posibilitación del bien.
La higiene, por ahora, sólo puede dar preceptos aislados. No se le pidan códigos completos acerca de ninguna cosa. De ahí el peligro de las regla.
mentaciones oficiales (de construcciones, etc. dictadas en nombre de la higiene.
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