Sólo el tiempo puede lentamente llegar a borrarla.
En punto a credulidad, el sabio no se muestra en nada superior al ignorante, y esta comprobación, hecha patente por el estudio de los fenómenos ocultistas, es también importantísima.
Es un error muy general el figurarse que un sabio, distinguido en su especialidad, posea por esta razón alguna competencia para observar fenómenos que están fuera del campo de esa especialidad; y tal idea es doblemente errónea cuando se trata de cosas en las cuales el fraude y la ilusión representan el papel preponderante.
Viviendo en la sinceridad, habituados a creer en el testimonio de sus sentidos, completados por los instrumentos, son los sabios los hombres más fáciles de engañar. Meyner, notable prestidigitador, dice. Los artificios de que se valen los mediums son tan groseros, que ningún prestidigitador se atrevería a presentarse con ellos en público: por eso se dejan tales artificios para engañar sólo. a los sabios! Si los prestidi.
gitadores se dedicaran al espiritismo, 118 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica