nan Algunas palabras de Gustavo Le Bont. Otros sabios, tan ilustres como los espiritistas citados, rechazan estas observaciones, debidas según ellos a alucinaciones o sugestiones, y se indig.
contra lo que ellos llaman el regreso a las más bajas formas de la hechicería y de la superstición.
Ante afirmaciones tan contradictorias, el público instruido permanece perplejo, preguntándose si es de veras posible que hábiles observadores puedan engañarse tan torpemente, y cómo hechos pretendidos absolutamente ciertos no han podido ser vistos por otros observadores que han operado con los mismos sujetos y en condiciones que parecen idénticas.
Estamos, pues, en presencia de los problemas siguientes: Entre los fenómenos maravi.
llosos anunciados diariamente ¿puede citarse alguno rigurosamente demostrado?
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