demás: animales obligados a registir el sol se decia juiciogamente el naturalista. no son los excegos de calor lo que más importa evitar, puesto que nuestro organismo se defiende solo automáticamente, de divergos modos, y tanto mejor cuanto menos ropa haya. Después, en los últimos 25 años, estudiando aisladamente las digtintas radiacioneg luminosas (no calorificas. visibles e in vigibles, el fisiólogo ha llegado a saber que a ellas casi exclusivamente hay que atribuir los desastrosos efectos de una intensa ingolación. Ahora bien, el vestido negro, de lana o de seda, es precisamente el buen protector a este respecto. Pero la gente y los señores médicos son también gente lag más de las veces continúa vistiéndoge de blanco para librarse del sol. RENOVACIÓN, 10 de abril de 1913, pár. 112. 80 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y juventud, Costa Rica.