un que no está pervertido ya. Busque Ud. el monumento a don Braulio Carrillo! Lea log nombres de las calles, de los parques, etc. Dónde egtán entre los de las escuelas el de una Maria Peralta de Rivero o el de un Francisco Picado o Rodolfo Bertoglio?
Diriage que los padres y padrinos de los honores oficiales son por regla general miopes de remate que no alcanzan a ver más allá del circulito de sus parientes y radag. Oh, mi amigo, no se apegadumbre por tan poca cosa! Lo que aqui paga, ha pagado en todag parter. lo que en todas partes ha sucedido, sucederá aquí también. Deje Ud. al tiempo inexorable el cuidado de borrar nombres escritos a la ligera y demoler monumentog sin sólido pedestal. Reproducción, No. 71. camaY por esto dice que soy DEVOTO de don Braulio Carrillo. Amén! No soy devoto de nadie y menos de los políticos; quiero los gobernantes que menog gobiernen; pero, en cuanto leg toque en guerte gobernar, los quiero como don Braulio Carrillo: PROBOS BENEVOLENTES, AUNQUE IMPLACABLES CRUELES. Ugo log mismos adjetivog aplicados por don Ricardo al HOMBRE cuya estatua echo de menos, al par que echo de más algunae otras Y esta63 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica