del Estado, etc. Ojalá sirva egta reniniscencia para destruir, en descargo de don Ricardo y en bien mío, la le.
yenda de que a mí se me ofreciera alguna vez el Ministerio de Instrucción Pública. calificará de ojeriza don Ricardo esta diversidad de opiniones? De ger así, descubriría un gran fondo de va.
nidad: el de la idea de que él posee toda la verdad y sus dones, y de que, en consecuencia, quien está contra él en una discugión, lo está por mala voluntad personal.
Tampoco comprendo que se hable de ojeriza por el hecho de haber sido repetidas veces blanco de comentarios regpetuosos de un escritor terco, pero independiente y deginteresado y que nunca camina en manada ni como oveja ni como capataz. Los rayog, partan de donde partieren, van a dar siempre en las alturas, y en ellas ha vivido don Ricardo desde su juventud.
Lo cual le ha hecho daño, a mi parecer.
No hay nada de censurable en par: tir de una noticia falga para atacar un principio que ge juzoa peligrosísimo. Lo otro, lo que hace don Ricardo, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.