Pero con todo y nuestra desemejanza de inteligencia y orientaciones, siem.
pre leo con sumo interés los escritos suyos, aun cuando me toque estar sobre la mesa de disección, porque siempre son interesantes los juicios de un hom.
bre inteligente, que crea lo que dice y cuyas invectivas no sean las de un histrión. Pero si otras veces he callado, ahora no puedo hacer lo mismo, porque si callara me expondría a que se me tomara por sostenedor de la doctrina que condena don Elías, con razones que comparto de buen grado. La ta.
rasconada de haber salvado el país no es mía. Ege dislate ni lo he dicho, ni lo he pensado. En la sesión del Congreso, lejos de haberme jactado de ha.
ber desobedecido las leyes fiscales, que me obligaban a mantenerme dentro de los estrechos límites de las asignaciones del presupuesto, humildemente confesé mi pecado y ni debilidad en haberme dejado deslizar por la inveterada cos.
tumbre administrativa de los sobregiros, que siempre son peligrosos y nocivos, aun cuando, a juicio del mandatario, estén bien aconsejados por lo que juzga ger el bien público. Si yo hubiera dicho 22 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.