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cia confusa y se depura y triunfa al confundirse con la fuerza «del amor que mileve al sol y a las estrellas. Dante era un desencantado del amor humano. Como todos los grandes, pa.
decía de soledad; inmensa y desgarradora soledad, certeza dolorosa de que no ha de encontrarse un corazón verda.
deramente ligado al nuestro; no existe más pavorosa ni más incurable degdicha. este dolor que perdura en el triunfo, se acentuó mucho más en su penosa vida de proscrito que sufre persecución por la justicia y mira por todas partes la maldad triunfante, la ineptitud insolente y la esperanza muerta. Pero su alma férrea no se doblega; ni la nostalgia, ni el martirio de la distancia, ni la sangrienta burla de los viles, nada es capaz de callar la lengua valiente que contesta a los que le ofrendan perdón. Si para volver he de confesarme culpable, no volveré jamás. Habituados estamos a leer como una novela de tiempos lejanos la historia de estag altiveces que fustigan la cobarde hipocresía de la vida social, pero rara vez miramos en torno para 12 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.