nistas más antiparlamentarios, yo he visto buenas gentes que se imaginan que se puede, por decreto, suprimir la moneda, por ejemplo, y ajustar sin más preocupaciones la producción y el consumo. Como si los hechos económicos no escaparan en gran parte a la reglamentación de los hombres. Tanto valdría esperar de un voto de la mayoría la modificación de las leyes de la gravedad, el cambio del curso de la luna la supresión de las mareas!
Ilusión pueril, ciertamente, pero ilusión peligrosa, porque desvía del esfuerzo.
Es el peor daño que ha cometido el boletín del voto.
Obreros, campesinos, empleados, pequeños burgueses, funcionarios de miseria decente, han puesto sobre la papeleta electoral su suprema espe.
ranza. Es tan cómodo. Sufrís, que.
réis mejorar vuestra suerte? No hay necesidad de reflexionar, de organizaros, de luchar, de obrar. Todo esto es fatigoso. Tomad este pedazo de papel y escribid encima el nombre de Tarugo. Bien. Metedlo en esta caja 551 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.