nistro, y rara vez iniciaban los monarcas empresa alguna de importancia sin consultar al astrólogo de la corte.
Muchos de estos profetas de las antiguas edades eran astrónomos primitivos, que habían adquirido suficien.
tes conocimientos para predecir el tiempo de la luna nueva, los eclipses y cosas por el estilo, impresionando así al público con su poder. Encon.
trándose en situación de pronosticar eventos celestes, aquellos farsantes no perdieron tiempo en pretender que poseían dotes misteriosas que les permitían predecir los acontecimientos de la tierra. Hiciéronse diestros psicólogos y fisonomistas, empleando métodos muy semejantes a los que usan hoy los mediums, quirománticos y adivinadores del porvenir.
La lista de predicciones abortadas se extiende retrospectivamente hasta el principio de los tiempos. Newton decía que la historia de la tierra sería una catástrofe, basando su profecía en la creencia de que un cometa había rozado la tierra, allá cincuenta siglos atrás cuando el planeta estaba reducido 531 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica