de ascetismo, de origen egipcio, que había contagiado ya la secta de los esenios, entre los hebreos, y se introdujo luego entre los cristianos de los primeros siglos, su esencia: la prédica de Jesús, el espíritu de la Biblia, es franca, esencial e irreductiblemente optimista.
Era en verdad un optimista ese rabbi Nazareno que iba por el mundo haciendo bien, compartiendo la alegría de los hombres tanto como sus tristezas, exhortándonos a mirar las bellezas de este mundo en el cual vivimos. mirad los pajaritos del cielo. mirad los lirios del campo! y cuya primera palabra de consuelo para todo el mundo era una frase de aliento. confía, hijo. Miscelánea Del puro e ingenuo Newton decía el obispo Burnet. Su alma era la más blanca que he conocido y su pure.
za de corazón era la de un niño. La Fontaine permaneció niño toda la vida. Lo mismo puede afirmarse 522 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica