Los caminos convergentes de la ciencia experimental y de la elucubración trascendental trajeron la mentalidad europea del siglo xix al mismo estado psicológico en que se hundió el pensamiento asiático dos mil y pico de años atrás. Y, puesto que de ello hablo, dejadme hacer aquí, de paso, una observación que creo importante, poniendo vuestros espíritus en guarda contra un peligro que no es baladí.
Espíritus sedientos de exotismo han venido predicando en los últimos decenios, en una u otra forma, algo que el budismo, como punto central de una orientación mental, sintetiza perfectamente con su prédica desalentada de quietismo y de pesimismo. Dejadme dar un grito de alerta. Eso que se os predica bajo las formas más atrayentes, bajo el manto tentador de la novelería, es lo que hay de más opuesto al espíritu occidental, puesto que es la antítesis del factor principal que plasmó nuestra mente y nuestra civilización, el cristianismo.
Aun cuando éste, superficialmente considerado, parezca también una religión pesimista, a causa de la corriente 521 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.