cuarteles y rechazados varias veces hasta por las mujeres que con lo que podían se batían valerosamente junto con los hombres, pudo al fin Morazán después de más de tres días de sitio, romperlo y escaparse hacia la ciudad de Cartago, en donde se ocultó. Este fué el término natural de la guerra, pues Mo.
razán, aunque a costa de la pérdida de muchas vidas, estaba ya vencido.
En vano se ha tratado fuéra de Costa Rica, por espíritu de bandería, de desfigurar los hechos ocurridos aquí y talvez por allá poco conocidos, y se ha querido ver en la caída de Morazán la mano del llamado partido obscurantista. los costarricenses nos tienen sin cuidado los juicios falsos y parciales que con relación al mismo asunto se han formado, pues sabemos a qué atenernos; que la relación de los sucesos la hemos oído de los labios de nuestros padres y abuelos, no de los de oradores políticos centroamericanistas.
En Costa Rica nadie se des vivía por lo que podemos llamar los ideales de Morazán; había sí entre los hombres públicoș, enemigos acérrimos de Carrillo el competidor temido siempre 509 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.