e e la paturaleza, para no citar sino un ejemplo, es algo esencialmente moder: no. Los viajeros de la antigüedad solían nombrar las montañas de Suiza como el lugar más feo y triste de la tierra. Hoy día los viajeros dicen lo contrario. La belleza de Italia sólo empezó a ser admirada en el siglo xix.
La campiña romana era hasta enton.
ces el eterno modelo de la aridez y de la monotonía. El Presidente Coses nos relata en sus viajes que los lagos del Canadá le parecieron un charco muy grande, y las cataratas del Niá.
gara un torrente que le produjo dolor de cabeza. Juan Jacobo Rousseau ;Juan Jacobo Rousseau! quien estuvo en Ita.
lia como secretario del Embajador de Venecia, nos pinta a Italia en colores bastante sombríos. Sólo de Chateau.
briand para acá los escritores se han dado a encarecer las bellezas de ese suelo.
La movilidad de los gustos en ma.
teria de arte demuestra una vez más que los hombres sueien dejarse llevar por el contagio mental. Bajo la influen.
cia de aquello que se llamó Renacimiento, y que no era otra cosa que D a h a Г e 494 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica