deliberaciones. Los senadores lo debatieron, y propusieron tales enmiendas, que Washington, al abandonar la sala, dijo que se daría al diablo antes que presentarse allí otra vez. spacio. idad y nstein, bles al rán toalistas con fía sin ue los ena.
estos siendo mía y no.
Los mismos motivos, las miemas combinaciones musicales dejan poco a poco de impresionar los oídos, habi.
tuados a su repetición, y aun llega un día en que de placentero que era oírlos se vuelve enojoso el escuchar: los. Las óperas del tiempo de Lully, en las que predominaba la melodía, han sido reemplazadas por otras de más complicación, en las que la melo.
día está como envuelta en las hondas sonantes de la armonía. Si continúa fatigándose la sensibilidad del oído humano, llegará (po muy tarde) el día en que la música no sea otra cosa que un conjunto armónico de disonancias imprevistas.
La educación de la sensibilidad puede, lo mismo que su fatiga, modi.
ficar nuestras concepciones artísticas.
Lo que se ha llamado el gusto por ERER liario: ces la Dgton inado debía a las 493 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica