hacer sentir nunca su superioridad, de poner a gusto a sus más humildes interlocutores, de tratarlos como ami.
gos e iguales, de procurarles la ilusión de que podía recibir de ellos alguna cosa. La humildad y la modestia del genio, tienen a su vez, el sabor de la ingenuidad y de la sinceridad. El verdadero genio, escribe Schi.
ller, es necesariamente ingenuo, de lo contrario, no sería un genio. La ingenuidad constituye su carácter, tanto en el orden intelectual, como en el orden moral. Observa Bovio justamente a propó.
sito de esto. Esta ingenuidad (del ge.
nio) no es ignorancia de la vida y de los caracteres humanos, no es la ino.
cencia infantil, que es impotencia; es la peligrosa sinceridad de quien ve y tal como lo ve lo dice: es el estilo.
Inventiva o ironía, imprecación o hu.
mor; unas veces con acritud y otras con suavidad, el genio dirá de la ma.
nera que él sabe decirlo y no de otro modo, todo lo que crea conveniente contra un hombre o una época, contra sus conciudadanos y su patria. Es más 490 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica