hom.
como le.
istin istico maque ción tamlibro ajerenía crea más que los otros, pero ve todavía más de lo que crea, y de esta li.
mitada potencia de crear y de su infinita potencia de ver, nace en él una sensación de angustia, y de su propia poquedad y debilidad surge una humildad que no es aquella del pobre de espíritu, en perfecta alegría de abandono, sino aquella más profunda todavía del rico de espíritu en perfecta tristeza de esfuerzo. Monod dice de Taine lo siguiente. Lo que llamaba más la atención en él era su modestia, que se mani.
festaba hasta en el aspecto, que nada tenía que atrajera las miradas. Sen.
tía horror por todo lo que pudiera aparecer como ruido y reclame alre.
dedor de su persona; huía del mundanismo no sólo porque a ello le obligaban su salud y sus tareas, sino también porque le desagradaba ser objeto de moda y de curiosidad. No procedía así por incivilidad, pues nadie era más amable cuando creía poder, sea dar un consejo, sea recibir una observación. No sólo. estaba exento de toda afectación, de toda pose, de toda altanería, sino que poseía el don de no un tica inanas orar así tas, nes.
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les on ran nio 489 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica