Democracy

pósito lye el dejar temor remos og en fuéra in día noral arte ad se iles y ético sodos nun ser nivelación. Su divisa puede ser hilo de oro que nos lleve hasta el mismo seno del Creador, o vereda que termine en un tremedal donde se hundan las aspiraciones, los grandes esfuerzos y las altas esperanzas. Su amenaza sutil era tan manifiesta en los tiempos antiguos como lo es en los modernos. Bueno es detenernos, en nuestras alabanzas triunfantes de la democracia, a meditar sobre el hecho de que una democracia antigua condenó a muerte a Sócrates, su mayor filósofo, porque él, en una edad enajenada con la convicción sofista de que todos los hombres podían conocer la verdad y que la opinión de este o de aquel hombre era la medida de las cosas, proclamó su creencia de que existen normas universales del mérito, de la verdad, de la conducta, objetivas, perdurables, diferentes del mero juicio subjetivo, del capricho momentáneo, de la convicción o el impulso pasajeros de tal o cual individuo.
en nuestra época y en nuestro propio país, se echa de ver que la medida de nuestro malogro se halla en nuestra actual complacencia con nosotros mismos, en nuestra creencia debe acia, han de lesa.
omo 1, la. al am.
anto Al pensar la de 479 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica