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Es evidente que de la lucha por la libertad y la igualdad ha nacido nuestro anhelo gregario de que a todos se nos ponga en un mismo redil esté.
tico e intelectual. El deseo que se ve en todo el país de uniformar las ideas y el juicio parece indicar que algunos artículos de nuestra fe nacional han anulado otros, y que, por mucho que hayamos avanzado en el camino de la igualdad, estamos aún muy lejos de la libertad. En la vida ordinaria, en la escuela, en el colegio, somos esclavos del temor de ser diferentes de los demás, y no surge un Clarkson ni un Wilberforce que rompa los gri.
llos del espíritu, como se rompieron los del cuerpo. Por doquiera nos conmueve una misma oratoria vulgar; la belleza normalizada de las cubiertas de nuestras revistas se pasea triunfante por todo el país, y los libros que más se venden nos deleitan porque son los que más se venden.
Evidentemente esto se debe en parte 471 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica