todos nbre, asun otros su lo in ropia ojala que para Те, cado conpara cien tomado la forma imprecisa de un monstruo alado que vuela en el espacio. luego esa masa de nubes adquiere, modelada por la mano invisible del viento, el aspecto de una estatua de nieve que el sol va poco a poco de.
rritiendo. Si un pintor hubiera pintado un cielo con esa misma nube cuando fué nave, o cuando fué monstruo, o cuando fué estatua, tal pintor sería tildado de inhábil y su arte de falso.
Afirmaríamos, en presencia del cuadro, que una nube así era un capricho, el producto de una creación puramente imaginativa, sin ninguna relación con la realidad. Pues, según cierto conven.
cionalismo respetado por todas las escuelas, la nube para el cuadro debe ser de un tipo definido dentro de la limitada variedad de nubes clasificadas por la ciencia. La personalidad humana es tan cambiante como la nube. Pero el arte dramático debe, al reflejarla, hacerlo mediante tipos que ya tiene consagrados (cirros, cúmulus, nimbos humanos) y de los cuales no puede salir si no quiere que su obra sea tachada de falsa. Porque, amigo mio, hay que convencerse: el arte dramático ersootros ante deidad ex nse.
lenrece elas el ha 455 Este documento propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.