¿Acaso bir una 180 que ofrezco; ervirte, imático puesto oliciten llo ese transerés en pieza.
de Andrada, o sátiras como Moratín.
Mi amigo, doctor en filosofía y letras, graduado en no sé qué vaga universidad de los «pequeños países cálidos»
de América, tenía, a pesar de todo, su filosofía y sus letras. Pero ni estas ni aquella le sirvieron para destacarse individualmente, para imponer su personalidad, pues siempre encontró quienes se interesaran en oponerse a que su talento se revelara, y se vió precisado a engrosar el personal de escritores de una importante casa editora de su país, a la cual servía enviándole desde aquí sus producciones. Encargáronle la confección de un «Secretario Universal. o. lo que es lo mismo, un libro que contuviera modelos de cartas, y que sirviera, según el título lo indicaba, de secretario privado o de me.
morialista de cualquier persona. Mi amigo dejó publicados dos volúmenes.
El primero contenía cartas para uso de los amantes, y en él figuraban declaraciones de amor con sus pondientes contestaciones afirmativas, negativas y de sentido ambiguo; billetes de cita, pedidos de mano, esquelas de ruptura de relaciones amorosas, de letras, menos idades al gé.
quiero nanera Ches.
amposolares thers, is que dictar cio, o apitán corres447 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio Cultura y Juventud, Costa Rica