tiles y el trabajo de pensar. Acaso no hay que pensar para escribir una carta? Sí, lector, pero es el caso que yo poseo un modelo, y te lo ofrezco; un modelo de carta que puede servirte, cualquiera sea el género dramático y el mérito de la obra que hayan puesto en tus manos y sobre la cual soliciten tu respetable opinión. Te regalo ese modelo, que en seguida voy a transcribir.
Antes, sin embargo, tengo interés en referirte cómo y dónde cobré esa pieza.
Escucha: de Andrade Mi amigo, graduado e sidad de lo de América filosofía y aquella le individualm sonalidad, nes se intei sa talentos sado a eng tores de un de su país. desde aquí ronle la coi Universal. libro que coi y que sirvie caba, de se morialista amigo dejó El primero de los amar claraciones pondientes negativas y de cita, pedi ruptura de Un amigo mío, hombre de letras, tuvo que dedicarse it aquellas menos gloriosas, apremiado por necesidades ineludibles de la vida. Dedicóse al género epistolar, con lo cual no quiero decir que escribió cartas a la manera del Aretino, de Metastasio, de lord Ches.
terfield o de Mme. de Sevigné; ni tampo.
co que compuso novelas epistolares como «La Nueva Eloísa. Werther. o «La Cruz de Berny. ni menos que se valió de la epístola para dictar preceptos literarios como Horacio, o sentencias filosóficas como el capitán 446 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.