viduo que Vd. ha ideado, ni la escena, objeto de nuestra amable disputa, es, para mi juicio, la que Vd. ha concebido, la que Vd. veía en su mente al escribirla, la que acaso vea Vd. en este mismo instante. No podemos coincidir en nuestra apreciación, sencillamente porque juzgamos dos obras diversas: Vd. la que Vd. ha concebido; yo, la que Ud. ha realizado. esta que Vd.
ha realizado, créame mi amigo, es, en definitiva, la verdadera, la única obra suya. Conozco su obra, pues, mejor que Vd. mismo.
actividades son capaces paisaje de oídos percib ces del vier fuente, en si distingue de naturalze yoyen con fonía, las vo y de las o paces, los artista, der corazón apa en él, mien de un alto de improvi nos decía cuando nos Para crear obras dramáticas de cualquier especie, es necesario ver un drama en la vida (quien dice drama dice tragedia) y trasladar luégo ese drama visto en la vida, al estrecho marco de un escenario, dentro de los límites de tiempo, también estrechos, que requiere su representación. no es tan fácil, como parece, ver un dra.
ma en la vida. Lo fácil, lo común, lo que está al alcance de cualquiera, es poder ver una vida en un drama. ocurre algo idéntico en otro orden de Pero si perder tier dramaturgo vaciones, ju supuesto er labios, escr carta. Ella 444 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica