riencias las turi en rio yac mano un aspecto de la humana condición y fijarlo en sus páginas inmortales, no parece aventurado afirmar que aquel caballero magro y desvaído, que, entero el ánimo, pero quebrantado el pulso y menguadas las fuer: zas, soñaba no obstante con realizar hazañas descompasadas e inverosimiles, puso, con amorosa, fiel trasunto de la fisonomnía moral del pueblo hispano, tal como éste a sus ojos se ofrecía en el preciso momento de escribir su libro imperecedero. he dicho, señores, que lo bizo amorosamente, porque no habiendo podido Cervantes sustraerse al influjo de aquel idealismo desapoderado y morboso, que por virtud de las causas que os he indicado, se había ido po.
sesionando del espíritu nacional, como harto lo proclaman las vicisitudes de su atormentada existencia, fué él mismo sublime visionario que, émulo de su héroe, anduvo siempre hurtando el cuerpo a la realidad.
Hay en el inmortal recuento de las aventuras del hidalgo manchego, ras.
gos autobiográficos, páginas que parecen arrancadas a las propias expero polv que po adivina el amal grimas fores, Brandt rica ale Locos, de rese vantes sobre la poráneo mismo más de El de ginació se forja los pro un y a su zen dón tencia desvent de Dul endriag bezar 124 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.