órgano a su fo viene, a enseñ que los sajeras incogno dal de Ahon mos po apartad se, en el el poético ensueño de la reminiscencia platónica, con su obligado corolario referente a la existencia del innatismo, y planteado a nueva y clarísima luz el problema del conocimiento, surge éste a nuestros ojos, despojado de los mendaces velos con que pretende encu.
brir su origen el sonambulismo idealista, como lo que es en realidad, como el producto de la conjunción operada, mediante la permanente complicidad de los sentidos entre el mundo externo y el espíritu humano, que a los estímulos generadores de ese proceso de fecundación, responde, no con la pasiva plasticidad de un aparato fotográfico, sino con toda la espontaneidad de un sér activo, dando vida a esas aladas e impalpables señoras del mundo, que se llaman las ideas, en las cuales es siempre fácil descubrir el sello indeleble de la mente que las concibió. Mas, por esa misma ineludible complicidad, parece decirnos Huarte, anticipándose en dos siglos a William Hamilton, con su ejemplo de los cuatro observadores cuya visión, alterada por humores distintos, les hacía formar concepto diferente de lo objetivo, está condicionado por el del me psíquic: una ser mente ese res admira sociólog nombre no a la a físico anticipe de su éj a afirm el inge venimo una co 420 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica