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e la sin a la quipoblada rridos, y ates, nos la más cordia entre metafísicos, de quienes puede afirmarse, recordando una frase de Taine sobre el poeta inglés Cowley, que si poseían todos los medios de decir lo que fuera de su agrado, no tenían, en cambio, nada nuevo que decir a sus contemporáneos.
Así, por tan exóticas vías descarriado el intelecto hispano, la odisea maravillosa que culminó en el descubrimiento de América, vino a borrar definitiva.
mente de la conciencia popular los imprecisos límites que aún se levantaban en ella, separando del mundo del ensueño y de la fantasía el mundo de la realidad y de la experiencia.
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allá por noderna, obre las pre bajo el silo itiva, el querella Iversales able disPresa inconsciente de esas reacciones que a inevitable abatimiento la preci.
pitaban, seguía, no obstante, la Monarquía castellana acariciando sueños de grandeza y de gloria, mientras sus macilentos y empobrecidos vasallos prodigaban su sangre con increíble arrojo en lejanas e inútiles contiendas, o en desconcertado vaivén del templo al quemadero, dentro del territorio patrio, mitigaban de cuando en cuando sus tristezas con la noticia de alguna 417 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica